La policía identificó el cuerpo de un bebé encontrado en la costa noruega como un niño kurdo de 18 meses que se ahogó al cruzar el Canal de la Mancha el año pasado.
Artin estaba desaparecido desde el 27 de octubre pasado cuando un barco turístico que transportaba a su familia, incluidos el padre Rasoul y la madre Shiva, ambos de 35 años, su hermana Anita, de nueve años, y su hermano Armin, de seis, naufragó en el Canal.
Su cuerpo fue encontrado el día de Año Nuevo en Karmoy, en el suroeste de Noruega, pero recién este lunes pudo ser identificado mediante ADN. Karmoy está a unos 1.448 kilómetros de donde se hundió el barco.
La policía dijo que los familiares sobrevivientes de Artin, que se encuentran en la ciudad de Sardasht en el oeste de Irán, fueron informados y su cuerpo será trasladado de regreso para su entierro.
La identificación del cuerpo de Artin se da en medio de una nueva oleada de migraciones irregulares a países como el Reino Unido, España o Italia. En lo que va de 2021 por lo menos unas 4.500 personas han tratado de llegar a Inglaterra en busca de refugio, y unas mil en la última semana.
Muchas de estas migraciones se hacen por el mar y en varios casos en los que se han producido naufragios, niños pequeños han estado entre las víctimas.
Según oficiales de la Fuerza Fronteriza, al menos 89 niños fueron sacados del Canal de la Mancha el domingo.
Otros quince migrantes que también viajaban en el barco donde se ahogó Artin fueron trasladados a un hospital. Todavía se conducen investigaciones en varios países sobre las causas que ocasionaron el hundimiento.
La familia del pequeño niño kurdo partió de Francia, donde se refugiaron por un tiempo en una tienda de campaña mientras planeaban cómo comenzar una nueva vida en el Reino Unido, por la que habrían pagado unos $ 30.628 dólares a traficantes de personas que los ayudarían en su viaje.
La familia dormía en una tienda de campaña para dos personas en un campamento improvisado en los bosques de Puythouck que alberga al menos a 200 inmigrantes, principalmente de Irak e Irán. Un par de zapatos, una sartén y un juguete estaban fuera de la tienda.
Finalmente intentaron cruzar con la esperanza de ingresar en un proceso de asilo “más rápido” y una educación decente para los niños en el Reino Unido.
Una serie de mensajes de texto, que se cree que envió Mohammad Panahi unos días antes de que la familia abordara el barco, incluía uno que decía que “no tenían más remedio” que cruzar el Canal de la Mancha.
Otro mensaje decía: “Si queremos ir con un camión, es posible que necesitemos más dinero del que tenemos”, informó la BBC .
En un tercero afirmó: “Tengo mil dolores en mi corazón y ahora que me he ido de Irán me gustaría olvidar mi pasado”.
Los residentes del campamento describieron haber escuchado los gritos desesperados de la familia en los días antes de partir hacia Gran Bretaña mientras discutían sobre la conveniencia de cruzar. Contaron cómo Shiva agonizaba sobre si debían llevar a los tres niños pequeños al otro lado del Canal en un bote tan pequeño.
Ahmed, de 30 años, que dormía en la tienda de al lado, le dijo al The Daily Mail: “La última noche antes de irse, el padre temía por la vida de los niños. Todos estaban desesperados y llorando. Y también estaban preocupados por el dinero, ya que lo habían pedido prestado y tenían que irse. Estaban realmente desesperados”.
Agregó: “Solo querían que sus hijos fueran a la escuela en Inglaterra y tuvieran una vida mejor”.
La familia kurda era una de las tántas víctimas de discriminación por motivos étnicos y de religión que viven en Irán, razones por las que miles de personas tratan de llegar a Europa cada año con ayuda de traficantes de personas.
La discriminación se basa en parte en la religión, ya que la mayoría de los kurdos son musulmanes sunitas, mientras que la mayoría de los iraníes no kurdos son chiíes.
Si bien la ley iraní garantiza la igualdad de religiones, en realidad los musulmanes sunitas luchan por establecer lugares de culto y escuelas para sus hijos.
La ciudad de Sardasht, de donde provenía la familia migrante que se ahogó, es uno de los lugares más afectados por los ataques aéreos contra la población kurda y tiene un registro de muertes de 113 personas y miles más heridas.
El último capítulo de la crisis de refugiados en Europa sigue dejando historias e imágenes desgarradoras, como las de los cuerpos de niños encontrados en las playas de Libia la semana pasada. Lo triste es que el caso de Artin puede ser el más reciente, pero todo indica que no será el último.
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