El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reclamó este martes a la Unión Europea que mantenga su «liderazgo claro» en el despliegue global de las vacunas contra el coronavirus en todo el mundo y adopte medidas que evidencien ese liderazgo.
Entre ellas, defendió la importancia de aprobar cuanto antes un mecanismo europeo para compartir vacunas y que canalice de forma «ágil y coordinada» la solidaridad adicional de los estados miembros.
Sánchez trasladó esa posición en el Consejo Europeo extraordinario celebrado en Bruselas con carácter presencial y tras el que compareció en conferencia de prensa para hacer balance de las decisiones adoptadas.
La lucha contra la covid-19 fue uno de los ejes de esta cumbre, y el jefe del Ejecutivo resaltó de ese debate la compra por parte de la Comisión Europea de 1.800 millones de dosis de vacunas de Pfizer hasta el año 2023 y la importancia de donar a terceros países.
En su intervención ante el resto de líderes pidió que «Europa no se olvide de Latinoamérica» ya que la región está viviendo momentos complicados y Argentina, por ejemplo, está registrando contagios muy elevados y una fuerte presión hospitalaria.
Sánchez reiteró el apoyo de España a la liberalización de las patentes de vacunas, pero sin quedarse sólo ahí, ya que cree que es necesario asimismo acelerar el proceso de transición de la tecnología y el conocimiento sobre las vacunas a todos los países, reforzar la capacidad de fabricación y lograr una distribución más rápida y eficiente.
También destacó la relevancia del certificado digital covid que va a facilitar la movilidad entre los ciudadanos de los diversos países de la UE.
El presidente del Gobierno explicó que en el debate sobre la inmigración planteado por el primer ministro italiano, Mario Draghi, expuso la situación provocada la pasada semana en Ceuta con la entrada de miles de personas procedentes de territorio marroquí.
Aprovechó su intervención para agradecer igualmente el apoyo que recibió desde el primer momento España por parte de las instituciones europeas ante esa situación.
Sánchez reconoció las «dificultades y contratiempos» que ha habido entre España y Marruecos en algunos momentos, pero aseguró que siempre ha primado una mirada constructiva en la relación bilateral fundamentada en la confianza y el respeto.
Pero tras ese llamamiento, rechazó que la Unión Europea condicione las ayudas a Marruecos a la crisis provocada con la llegada masiva de inmigrantes irregulares a Ceuta.
Una negativa que explicó por su deseo de tener las mejores relaciones con Marruecos, al que reiteró que no tiene mejor aliado en la UE que España.
Además, pidió no mezclar la llegada de inmigrantes irregulares con la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
«¿Me quiere decir que en 48 horas entraron 10.000 inmigrantes marroquíes en Ceuta en respuesta a una acción humanitaria del Gobierno de España? No hay que mezclar cosas», se preguntó y respondió a renglón seguido el presidente del Gobierno.
Sánchez insistió en la españolidad de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y apeló a la discreción ante la posibilidad de que esté habiendo contactos entre los ministros de Asuntos Exteriores de los dos países para lograr una salida a la crisis.
El jefe del Ejecutivo hizo un repaso a otros asuntos abordados en la cumbre, entre los que resaltó la unanimidad de los líderes europeos en su respuesta al «ataque inaceptable» protagonizado por Bielorrusia al desviar un avión que iba de Atenas a Vilna para detener a un periodista opositor al régimen.
De la misma forma, pidió que Europa «no pierda su carácter de líder» en la lucha contra el cambio climático.
EFE
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