Miguel Ceballos, alto comisionado de Paz, asegura que los 6 puntos sobre lo fundamental, planteados por el Gobierno, coinciden con las solicitudes de miembros del Comité del paro nacional y con otros sectores.
Además, les responde a quienes piden su renuncia y revela acercamientos confidenciales con el Eln.
Por EL TIEMPO
¿Cómo va el inicio del diálogo nacional convocado por el Gobierno?
Desde cuando el presidente de la República anunció la agenda de encuentros para avanzar en lo fundamental, no ha dejado de tener interlocución con todos los sectores. Los encuentros se iniciaron con una interlocución directa del ministro de Trabajo y del Comisionado de Paz con representantes del Comité Nacional del paro, el martes, con una reunión confidencial con varios de los representantes. Fue amable, respetuosa.
Ellos manifestaron que consultarían la fecha de la reunión propuesta por el Gobierno y propusieron que fuese el 10 de mayo. Fuimos respetuosos con esa solicitud. Luego, al considerar fundamental reunirse primero con quienes hacen parte de la organización del el paro, se iniciaron una serie de contactos con los sectores más representativos de la sociedad. La primera reunión fue con las instituciones, con los organismos de control, con la Procuraduría, con la Contraloría, Defensoría, el Fiscal y representantes de los empresarios, incluidos pequeños comerciantes. Además, con presidentes de las cortes, quienes expresaron al país su respaldo pleno a las instituciones y su rechazo a la violencia; y por supuesto es exigencia para que se respete el marco de los derechos humanos, tanto de los marchantes como por parte de la Fuerza Pública.
¿Las primeras reuniones buscaban blindar la institucionalidad?
En este momento en que el país necesita ver a su Estado trabajando unido resulta fundamental que las instituciones apoyen con energía, con compromiso, el Estado de derecho y ese era el mensaje no solamente del Presidente sino de las propias instituciones y en eso hay claridad. Hay una tradición de respeto al Estado de derecho en un país que ha enfrentado difíciles momentos históricos, habiéndolos superado por su compromiso con el respeto de la Constitución y la ley. Por eso son tan importantes estas reuniones que también han contado con los alcaldes y gobernadores y el Congreso.
El paro empezó por la reforma tributaria, pero queda claro que no solo eso…
El paro había sido anunciado desde febrero y la reforma es uno de los puntos a los que los organizadores se han venido refiriendo. Consideramos que así no se hubiese presentado, ya estaban organizadas manifestaciones alrededor de ciertos temas de agenda que los organizadores del paro han venido presentando.
Las peticiones que se conocen requieren de plata. ¿Cómo dialogar así si no hay recursos?
Todas implican encontrar fuentes para financiarlas y el involucramiento del Congreso. Tarde o temprano tendrán que pasar por el Congreso. Este diálogo y construcción de consensos rebasará el espacio de una conversación entre el Gobierno y Comité del paro. Las decisiones que se vayan a tomar frente a las peticiones no solamente involucran al Gobierno, sino al Congreso y a todo el Estado.
¿El Gobierno está dispuesto a negociar el pliego de emergencia?
Si los colombianos comparan los seis puntos planteados por el Presidente con los del llamado pliego de emergencia, hay una alta coincidencia. Está el tema de la salud, de la vacunación, de la matrícula cero, de la estabilización económica, de la superación de la pobreza y todos ellos están también en el pliego de emergencia, con solicitudes de los sectores empresariales, de los pequeños y medianos comerciantes de los tenderos y también de las instituciones (alcaldes y gobernadores). Estos seis puntos son los que necesita Colombia reconocer y superar como fundamentales.
Ustedes hablan de diálogo, y el Comité de paro, de negociación. ¿Van a exigir que cesen los disturbios para dialogar?
Como lo ha dicho el propio ministro del Trabajo, a una negociación no se llega sin diálogo, entonces vamos por partes. Hay que entender que los bloqueos y disturbios provienen de muchos actores y por supuesto que valoramos que las marchas organizadas por las centrales obreras son ordenadas, tienen protocolos de bioseguridad y terminan como han comenzado: pacíficamente.
¿Eso significa que los actos de vandalismo no tienen nada que ver con el Comité del paro?
El Comité del paro ha buscado y exigido a los marchantes s un comportamiento seguro y respetuoso de las autoridades. El problema que tenemos es que terminar las marchas en la noche, aparecen otros actores que están impidiendo que se pueda avanzar en un entendimiento mutuo. Muchas de las organizaciones del crimen organizado están detrás de esto, con intereses económicos. El Gobierno solo puede sentarse a dialogar con quienes cumplen la ley y la Constitución.
¿Qué está pasando con la Fuerza Pública?
El Presidente ha sido muy claro en que la Fuerza Pública tiene un marco de respeto a los derechos humanos y que no se tolerará el exceso en el uso de la fuerza. Pero no olvidemos también que los miembros de nuestra Fuerza Pública son ciudadanos y tienen derechos, por tanto debemos encontrarnos en el respeto de los derechos de todos, incluidos aquellos que trabajan por nuestra seguridad y la seguridad de nuestros hijos y por supuesto de aquellos que legítimamente expresar sus ideas en la calle.
¿Qué saben del supuesto apoyo desde Venezuela a las manifestaciones?
Prefiero dejar esa respuesta a organismos de inteligencia. Pero el régimen de Maduro ha tenido permisividad con grupos armados que han querido pescar en río revuelto en los ambientes que se han generado alrededor de los desórdenes y el vandalismo. Dejar esa permisividad sería la única manera de que la dictadura demostraría que no está apoyando este tipo de amenazas contra nuestra nación.
¿Se van a reunir con el senador Gustavo Petro?
El senador Petro representa un sector de la oposición y como tal, por supuesto, que es un interlocutor con el cual el Gobierno siempre ha estado en la actitud de conversar. Esperamos que también esté en esa actitud, pues algunas de las manifestaciones de la última semana parecerían indicar qué no quiere, pero este es el momento de la grandeza.
El Eln es señalado como dinamizador de la violencia en estas jornadas. ¿Qué está haciendo su oficina?
Los organismos de inteligencia han venido siempre relacionando al Eln con los desmanes en las distintas ciudades. El propio alias Uriel reconoció estar detrás a los ataques a los CAI el año pasado en Bogotá. El Gobierno no entiende por qué el Eln no ha querido avanzar en construir caminos de paz a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho con la facilitación de las más altas instancias morales y políticas.
¿A qué se refiere? De diferentes orillas lo han catalogado como un comisionado de la guerra y no de la paz…
La respuesta la puede corroborar la Santa Sede y las Naciones Unidas. Ha sido la generosidad del santo padre, expresada en una labor invaluable del Nuncio Apostólico en Colombia, Luis mariano Montemayor, y del representante del secretario general de la ONU, Carlos Ruiz Massieu, quienes pueden dar fe del gran esfuerzo que ha hecho nuestro gobierno por avanzar en un espacio de diálogo con el Eln.
¿Quiere decir que se están adelantando acercamientos con el Eln con el beneplácito del Gobierno y a través del Vaticano y de la ONU?
Le quiero contar a usted y al país que desde hace 17 meses, por iniciativa del Alto Comisionado para la Paz, con el apoyo y liderazgo del Presidente, se adelantan reuniones con el Nuncio Apostólico para empezar a buscar caminos que ayuden al Gobierno a cumplir su obligación constitucional y legal de verificar la voluntad real de paz del Eln. Esa es la obligación principal del Alto Comisionado de Paz, buscar la voluntad de paz de los grupos armados. Esos contactos con el Nuncio, desde diciembre de 2019, fueron avanzado y madurando en distintas ideas que nos llevaron a pensar que era también importante contar con el apoyo de Naciones Unidos. Se produjeron 6 reuniones entre el representante del Vaticano, el representante de Naciones Unidas, el presidente Duque y yo. Luego se complementaron con otras 22 reuniones en las cuales se reflexionó y avanzó en la idea y necesidad de que autores con la prestancia y autoridad moral nos ayudaran con sus buenos oficios a tener contactos con la delegación del Eln en La Habana.
¿Qué ha pasado 17 meses después?
Se produjeron 4 reuniones en La Habana en las cuales participaron Carlos Ruiz Massieu y, en representación del Vaticano, el padre Darío Echeverri, quienes tuvieron la oportunidad de reunirse tres veces (en 2020) y la última ocasión en marzo de este año con la delegación del Eln. En esas reuniones, tanto la ONU como el Vaticano trataron siempre de tender puentes, con mi conocimiento y articulación, para poder verificar si el Eln estaría en la voluntad de cumplir con las condiciones de liberar a todos los secuestrados y de cesar las acciones criminales.
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