Brasil registró un récord histórico de 14,4 millones de personas en busca de empleo en el periodo diciembre 2020-febrero 2021, en alza de 2 millones respecto a un año atrás, cuando la pandemia de coronavirus apenas llegaba al país, informaron este viernes fuentes oficiales.
El índice de desempleo llegó por su lado a 14,4%, frente a 11,6% en el mismo periodo de un año antes, precisó el instituto de estadísticas IBGE, que realiza sus informes en base a trimestres móviles.
El alza porcentual, de 0,2 puntos respecto a noviembre 2020-enero 2021, fue la segunda consecutiva después de cuatro meses de retroceso y acerca el índice al récord histórico de 14,6% registrado en julio-septiembre de 2020.
“Nos llama la atención el récord de la población desocupada, que llegó a 14,4 millones. Esto refuerza la perspectiva de un mercado laboral frágil, por lo cual la demanda doméstica no puede considerarse como un motor del PIB este año”, escribió el analista André Perfeito, de la consultora Necton.
La debilidad del mercado laboral no solo se refleja en el índice de desempleo, que toma en cuenta a las personas en busca activa de trabajo. También se ve en el contingente de “desalentados” (que dejaron de buscar empleo por falta de oportunidades), que llegó en diciembre-febrero a un récord de 6 millones, en alza interanual de 26,8%.
“En un año de pandemia, hubo una reducción de 7,8 millones de puestos de trabajo”, señaló el informe del IBGE.
El PIB de Brasil se contrajo 4,1% en 2020, mucho menos que lo inicialmente esperado, gracias a los subsidios otorgados a casi un tercio de la población. Esos subsidios, que se interrumpieron en enero, se reanudaron en abril, pero para un segmento menor de la población y por cuantías inferiores.
Las previsiones del mercado son de un crecimiento económico de 3,09% este año de la mayor economía latinoamericana, una estimación revisada últimamente a la baja debido al impacto de la segunda ola de la pandemia, mucho más letal que la primera.
El primer caso de coronavirus se registró en Brasil en febrero de 2020 y el primer muerto en marzo. Desde entonces, más de 400.000 brasileños perdieron la vida a causa de la enfermedad, sin que el país vea el final del túnel a causa de la lentitud de las campañas de vacunación y de la falta de coordinación política.
Una comisión parlamentaria investiga las responsabilidades del gobierno de Jair Bolsonaro en el descontrol de la crisis sanitaria.
(Con información de AFP)
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