El Gobierno irlandés pidió este jueves a los líderes políticos y comunitarios de Irlanda del Norte que trabajen para «rebajar la tensión» en la provincia británica, donde los disturbios de las últimas siete noches sobre todo en la capital, Belfast, han causado cuantiosos daños y heridas a medio centenar de policías.
«Si esto no para, alguien morirá o resultará gravemente herido. Mucha gente tiene responsabilidad para rebajar la tensión y eso debe comenzar desde lo más alto», declaró este jueves el ministro irlandés de Asuntos Exteriores, Simon Coveney.
Desde el pasado viernes, decenas de personas protagonizan cada noche en áreas protestantes de la región actos de vandalismo y enfrentamientos con las fuerzas del orden, que culminaron este miércoles con el secuestro e incendio de un autobús urbano en Belfast y la agresión a un fotógrafo de prensa.
«Nos enfrentamos ahora a desafíos importantes, por muchas razones. El Gobierno irlandés ayudará en lo que pueda», dijo Coveney a la radio pública RTE.
La tensión ha ido aumentado en Irlanda del Norte desde la entrada en vigor en enero de las nuevas condiciones del Brexit, con el establecimiento de una frontera comercial entre la región y el resto del Reino Unido.
La comunidad protestante-unionista considera que esa división pone en peligro la relación de la provincia con Londres, sobre todo ahora que los partidos nacionalistas-católicos han redoblado sus esfuerzos para avanzar en el objetivo histórico de la reunificación de las dos Irlandas.
Asimismo, el descontento de los unionistas alcanzó su punto álgido la pasada semana, después de que las autoridades decidieran no tomar medidas contra varios políticos del Sinn Féin, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), por haber asistido a un funeral el pasado junio a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de la covid-19.
La ministra principal norirlandesa y líder del Partido Democrático Unionista (DUP), Arlene Foster, ha dicho que los disturbios son «actos vandálicos e intentos de asesinato» que, además, «avergüenzan» a la comunidad protestante y sirven para «alejar el foco» de los que «de verdad violan la ley en el Sinn Féin».
El Gobierno norirlandés, de poder compartido entre protestantes y católicos, se reunirá hoy con las autoridades policiales para analizar la situación, mientras que la Asamblea autónoma ha convocado una sesión de emergencia para encontrar soluciones a la escalada de violencia.
EFE
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