«Tenemos cinco años en que se produce descalabro tras descalabro, y en lugar de hacer un balance y una rendición de cuentas al país, viene la famosa expresión de: pasa la página o eres un resentido. No se trata de eso, se trata de la necesidad que tiene el país de convertir esa mayoría que somos en una fuerza política capaz de generar cambios». Así lo considera Jesús «Chuo Torrealba», exsecretario ejecutivo de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
En un año electoral, asegura que las diferencias entre los distintos grupos de oposición que se han formado, han provocando que el gobierno de Nicolás Maduro se «consolide». Alega que en la actualidad «El G4 (Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) hablan con más facilidad con Maduro, que con los integrantes de la mesa de diálogo nacional».
¿Cuál ha sido la piedra en el camino para que la oposición desde el 2015 no encuentre una estrategia viable?
Las causas son diversas, todos hemos cometido errores, pero lo realmente negativo es no hacer balance de eso, porque impide convertir esos errores en aprendizaje. Hoy se requiere una revisión de los objetivos de nuestra lucha, una redefinición de la estrategia y un ajuste en las tácticas porque hay un estancamiento político.
Hay una actitud mezquina y destructiva de factores de la oposición que se atacan con dureza. ¿Esto acaso no fortalece al gobierno?
Creo que nadie tiene el derecho de pontificar sobre los errores de otros. En este momento lo que beneficia a Maduro, a la autocracia gobernante, es no tener sentido crítico, no asumir la necesidad de rectificar. Hace seis años Maduro era un recién llegado, que no tenía consigo ni siquiera al chavismo, porque el chavismo estaba dividido en dos grandes grupos: uno bajo la dirección de Diosdado Cabello y otro con Rafael Ramírez, y Maduro lo que tenía era la bendición de Chávez, el apoyo de Cuba y su señora esposa. Hoy después tenemos a Maduro consolidado en el poder. Necesitamos la humildad necesaria para rectificar.
Aquí lo que se ve es una fractura de los partidos en cuatro grandes grupos: El G4, los de la «mesita», las izquierdas disidentes de Maduro y los más radicales como la fracción 16 de julio. ¿Por qué el 80% de la población no se identifica con ninguna de esas opciones?
Por su desconexión de la realidad de la inmensa mayoría del pueblo doliente. Ninguna de estas cuatro oposiciones responde al nivel de expectativa generada por la MUD hace cinco años. Hoy no existe un centro de gravedad que permita convocar a esas distintas oposiciones políticas. El G4 habla con más facilidad con Maduro que con los integrantes de la llamada mesa de diálogo nacional, de hecho habla con el gobierno pero niegan o adversar a las otras opciones opositoras. Ante esa situación el proceso de reunificación es más complejo.
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