El Congreso estadounidense debe aprobar este miércoles el colosal plan de estímulo impulsado por Joe Biden con el apoyo único de los demócratas, que le proporcionaría así una importante victoria al presidente en el comienzo de su mandato.
AFP
La cantidad da vértigo: 1,9 billones de dólares, el equivalente al PIB de Italia en 2020. Un monto suficiente para tener un impacto considerable en el crecimiento, según los economistas, y sobre la vida de millones de estadounidenses.
Estados Unidos necesita «desesperadamente» estas medidas para salir de la crisis provocada por la pandemia, insiste el mandatario, que prometió promulgar el «plan de rescate» en cuanto sea adoptado por el Congreso.
Los republicanos se oponen a esta iniciativa, y denuncian medidas de «extrema izquierda» que van más allá de la lucha contra la crisis causada por el coronavirus.
Biden, que recuerda repetidamente su larga etapa como senador capaz de conseguir compromisos con el otro campo, no ha logrado hasta ahora convencer a ninguno.
Pero los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, están convencidos de que podrán adoptarlo sin ellos, durante la votación prevista para el miércoles al final de la mañana, tras dos horas de un debate que debe arrancar a las 09H00 locales (14H00 GMT).
El plan de Biden superó ya otra etapa decisiva el martes por la noche con el voto de proceso en la Cámara: 219 demócratas aprobaron las normas que regularán la votación final, mientras que 209 republicanos y un demócrata las rechazaron.
«Es una ley notable, histórica, que conducirá a una transformación profunda y permitirá avanzar mucho en la lucha contra el virus y responder a nuestra crisis económica», aseguró el martes la presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi.
Señal de su confianza, varios jefes demócratas estuvieron junto a ella en esta conferencia de prensa con tonos triunfalistas… antes incluso de la votación.
«Optimistas»
Este martes, el 46º presidente de Estados Unidos visitó, de su lado, la que es considerada como la ferretería más vieja de Washington, que se benefició de uno de los programas de ayuda del gobierno de Donald Trump, cuyas medidas serán prolongadas ahora.
Los demócratas insisten en el hecho de que con su versión, las pequeñas empresas familiares, y especialmente las gestionadas por personas integrantes de minorías, recibirán un mayor apoyo.
«Dimos un paso de gigante» para ayudar a los estadounidenses, había dicho Biden el sábado tras la votación en el Senado de este plan, una de sus grandes promesas de campaña.
«Estamos muy entusiastas, optimistas, y llenos de esperanza por lo que está por ocurrir», escribió en Twitter el jefe de gabinete de Biden, Ron Klain, este martes.
Con una corta mayoría, los demócratas solo pueden permitirse unas pocas deserciones el miércoles.
Las modificaciones aportadas al Senado bajo la presión de los moderados podrían hacer temer una rebelión progresista. Pero el apoyo firme del senador independiente Bernie Sanders al texto negociado calmó la tensión entre los jefes del partido.
Nuevos empleos
Biden recuerda sin cesar el ejemplo de la gran crisis de 2008, cuando fue la mano derecha de Obama para poner en marcha el plan de rescate a la economía estadounidense en 2009, e insiste en que es mejor pensar en grande para tratar de evitar una recaída.
La mayor economía mundial tuvo una contracción de 3,5 % el año pasado, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo a los expertos, este paquete millonario debería impulsar el crecimiento. Según la Casa Blanca, esta ley «histórica» creará más de 7 millones de nuevos puestos de trabajo este año, abaratará costos de salud y salvará vidas al impulsar la vacunación contra el covid.
La Presidencia afirma igualmente que la pobreza en los niños se reducirá a la mitad.
Si se aprueba definitivamente, el proyecto de Biden mantendrá muchos de los programas anteriores de otros paquetes de ayuda aprobados en 2020, por 2,2 billones de dólares y 900.000 millones respectivamente, repartirá cheques de hasta 1.400 dólares a muchos estadounidenses y concederá ayudas a los gobiernos estatales y locales con problemas de liquidez. También prolongará subsidios por desempleo excepcionales que caducan el 14 de marzo, hasta septiembre.
Este plan «llevará a una transformación profunda», afirmó el martes Hakeem Jeffries, uno de los líderes demócratas de la Cámara.
Pero para el legislador republicano Steve Scalise, los demócratas no se enfocan en la lucha contra la pandemia, sino que impulsan «un programa de extrema izquierda» con el que «empujan a la próxima generación a la bancarrota con una montaña de deuda»
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