Los gimnasios han sido catalogados como lugares de riesgo para el surgimiento de brotes de Covid-19 desde el inicio de la pandemia junto a otros espacios cerrados como bares y restaurantes, lo que ha llevado a restricciones e incluso cierres en algunas comunidades.
Poco a poco, la evidencia científica va, sin embargo, mostrando el camino hacia una actividad física indoor que pueda realizarse de forma segura mediante la utilización en todo momento de mascarillas.
Si la efectividad de las mascarillas para evitar contagios era ya algo conocido, ahora, un estudio realizado, eso sí, con una pequeña muestra de 12 voluntarios, y que ha sido publicado en la revista European Respiratory Journal, ha concluido que las mascarillas son seguras durante la práctica deportiva y tan solo afectan marginalmente al rendimiento.
“Las mascarillas están asociadas con un significativo, aunque modesto, empeoramiento de la espirometría y los parámetros cardiorrespiratorios en el descanso y el pico del ejercicio. El efecto se debe a una reducción de la ventilación debido a la resistencia a la una corriente de aire aumentada”, admiten los investigadores del Centro Cardiologico Monzino de Milán (CCM) en las conclusiones del artículo.
“Sin embargo, dado que la limitación a la ventilación del ejercicio está lejos de ser alcanzada, su uso es seguro incluso durante el ejercicio máximo, con una pequeña reducción en el rendimiento”, añaden en las conclusiones.
La pandemia ha generado la situación inédita de que millones de personas en todo el planeta están empleando mascarillas de forma cotidiana, lo que ha hecho aflorar problemas como sus afectaciones a la salud cutánea y, también, que se haya especulado sobre los riesgos de emplearla durante la práctica de actividades físicas intensas.
El pasado mes de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó, en su cuarto informe sobre las mascarillas, su uso al hacer ejercicio con intensidad “porque pueden reducir la capacidad de respirar cómodamente”.
Una «modesta» reducción en el rendimiento
Para tratar de poner a prueba esta aseveración, los científicos del CCM trabajaron con un grupo de voluntarios sanos compuesto por seis mujeres y seis hombres con una edad media de 40 años y les sometieron a tres rondas de pruebas físicas: la primera sin mascarilla, la segunda, con una mascarilla quirúrgica, y la tercera, con una mascarilla FPP2.
Los datos mostraron que el uso de mascarilla tenía solo un pequeño efecto en los voluntarios como, por ejemplo, una reducción media del 10% en su capacidad para llevar a cabo ejercicio aeróbico, probablemente por la mayor dificultad para respirar.
“Esta reducción es modesta y, crucialmente, no sugiere un riesgo en la salud de la gente que haga ejercicio usando mascarilla, incluso cuando están trabajando a máxima capacidad”, declara el doctor Masccimo Mapelli, cardiólogo del CCM.
“Mientras que esperamos que más gente reciba la vacuna contra la Covid-19, este descubrimiento podría tener implicaciones prácticas en la vida diaria, por ejemplo, haciendo potencialmente más seguro abrir los gimnasios indoor”, añade Mapelli.
El equipo de investigadores del CCM está ahora probando los efectos del uso de mascarilla en actividades cotidianas, también en personas con problemas cardíacos o respiratorios, un grupo con el que, según admiten, “se necesita más investigación” para corroborar los resultados del estudio.
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