El deterioro progresivo del sistema de salud público ha llevado casi a la privatización en pleno el sistema sanitario. Esto, sumado al alto costo de los medicamentos, hace que los ciudadanos hayan dejado su salud a un segundo plano, y que asistir a consultas o comprar el tratamiento recetado no sea una prioridad.
Desde hace varios años la salud en Venezuela dejó de ser un servicio accesible. De hecho, hace mucho que se cotiza en dólares. A diario encontramos en las redes sociales planes de seguros que se cobran en moneda extranjera, con motos muy alejados de la realidad para la gran mayoría de los ciudadanos, quienes sobreviven con un salario miserable en medio de una economía inflacionaria.
Para febrero de 2021 el salario básico en Venezuela es de tan solo un 1,2 millones de bolívares al mes, es decir, menos de un dólar de acuerdo a la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) para la tarde del viernes 19 de febrero, que se situaba en 1.720.426,05 bolívares.
Y ese es el salario que percibe Yamileth Gutiérrez, de 54 años, en su trabajo como secretaria en un colegio privado en Caricuao. Hace varios meses, Yamileth comenzó a sentir fuertes dolores estomacales que con el tiempo se han ido agudizando y la han llevado a tener episodios de diarrea, vómito, inflamación del abdomen y poco o nada de apetito.
Yamileth no ha podido costear los gastos de una consulta médica que la lleve a saber qué hay detrás de estos agudos dolores. «Tengo cuatro hijos, la menor tiene 27 años, gracias a Dios todos trabajan y me pueden ayudar, pero yo no puedo pedirles que paguen tan caro una cita médica, porque cada uno tiene su responsabilidad. Además, ese dinero se puede invertir en comprar comida que es lo primordial», asegura.
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