Las autoridades panameñas incautaron 84 toneladas de droga durante 2020, el segundo mayor registro de su historia, pese a una pandemia que no ha impedido a los carteles aumentar su producción y trasladarla hacia Estados Unidos por el Caribe.
«En el año 2020 la fiscalía de drogas en conjunto con los entes de seguridad del país lograron la incautación total de 84,8 toneladas de drogas a nivel nacional», informó este miércoles el fiscal antidrogas Javier Caraballo.
De esa cantidad, 68 toneladas corresponden a cocaína y 16 toneladas a marihuana, indicó Caraballo.
La incautación total de droga en 2020 fue inferior a la de 2019, cuando Panamá batió su récord con poco más de 90 toneladas decomisadas. Sin embargo, superó las 75 toneladas de 2018, el tercer mejor registro, según documentación de la fiscalía entregada a la AFP.
En 2017 el decomiso fue de 74,9 toneladas, de acuerdo con ese registro, pese a que en aquella época el Ministerio de Seguridad había dicho que eran unas 85 toneladas.
De acuerdo con el fiscal, la diferencia entre 2020 y 2019 se debe a un «bajón bastante fuerte» en las actividades del narcotráfico debido al inicio de la pandemia en marzo.
Sin embargo, los grupos criminales lograron readaptarse «de manera rápida» en los meses siguientes para «agarrar el ritmo» habitual en el trasiego de sustancias ilícitas, agregó Caraballo en conferencia de prensa.
El funcionario antidroga explicó que la mayor cantidad fue decomisada en el Caribe, donde las autoridades sospechan que operan ciertos grupos criminales colombianos.
Además, los narcotraficantes habrían decidido utilizar el Caribe panameño para trasladar mayores cantidades de droga, sustituyendo las lanchas artesanales por embarcaciones rápidas de alto calado y semisumergibles con mayor capacidad.
La alta cantidad de incautaciones se debe también, según el fiscal, a un mayor rendimiento en la producción por parte de los carteles.
«Con la misma cantidad de hectáreas de droga plantada logran obtener mayor cantidad de este tipo de sustancia», señaló Caraballo.
Panamá se ha convertido en la entrada del corredor centroamericano que los narcotraficantes utilizan para trasladar cocaína proveniente de Sudamérica, principalmente Colombia, hacia Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.
Por su posición geográfica, Panamá es «obviamente» un camino «casi obligado» para trasladar la droga (hacia Norteamérica), declaró Caraballo.
Además, «sin duda» hay una «influencia en el tráfico de droga a nivel regional entre carteles colombianos y mexicanos», agregó.
La fiscalía antidrogas presentó el año pasado cargos contra más de 3.200 personas, en su mayoría panameños, aunque también destacan colombianos, venezolanos y costarricenses e incautó seis millones de dólares.
Panamá se ha convertido en la entrada del corredor centroamericano que los narcotraficantes utilizan para trasladar cocaína proveniente de Sudamérica, principalmente Colombia, hacia Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.
Por su posición geográfica, Panamá es «obviamente» un camino «casi obligado» para trasladar la droga (hacia Norteamérica), declaró Caraballo.
Además, «sin duda» hay una «influencia en el tráfico de droga a nivel regional entre carteles colombianos y mexicanos», agregó.
La fiscalía antidrogas presentó el año pasado cargos contra más de 3.200 personas, en su mayoría panameños, aunque también destacan colombianos, venezolanos y costarricenses e incautó seis millones de dólares.
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