Las fotos difundidas en Twitter de las paupérrimas comidas ofrecidas por el Estado británico a los alumnos necesitados durante el confinamiento en Inglaterra han desatado una tormenta social y política que ha obligado a intervenir al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
EFE
En su comparecencia semanal ante la Cámara de los Comunes, Johnson calificó hoy de “vergonzosas” las imágenes colgadas en la red social por padres desesperados, que dicen sentir “consternación” y “tristeza” ante la escasa selección de productos entregados a las escuelas para su distribución a los hogares sin recursos por las empresas proveedoras subcontratadas por el Gobierno.
“Son espantosas y un insulto a las familias que lo han recibido”, afirmó el líder conservador, que poco antes habló con el futbolista del Manchester United y activista contra la pobreza Marcus Rashford, que ha denunciado la situación.
“El primer ministro me ha asegurado que investigarán la cadena de suministro” para resolver el asunto, ha revelado el deportista, que de pequeño tuvo que recurrir al comedor escolar gratuito.
Una lata de judías, pan de molde, un par de lonchas de queso, tres manzanas, dos patatas, un par de plátanos y chucherías son los productos ofrecidos por la compañía de restauración Chartwells para preparar presuntamente “comidas nutritivas” durante una semana, según se requiere por ley.
Otras familias en situación precaria han declarado a la BBC haber recibido, por ejemplo, pan congelado, tomates en lata, pasta y queso rallado en una bolsa de plástico y galletas.
Al intervenir hoy ante una comisión parlamentaria, el ministro de Educación, Gavin Williamson, aseguró estar “absolutamente indignado” por los paquetes distribuidos y señaló que el Gobierno “apoyará a cualquier escuela que quiera demandar a los proveedores”.
“Como padre, pensé que cómo puede esperarse que una familia que reciba eso pueda preparar cinco comidas nutritivas (para los niños) como se requiere. Es inaceptable y no lo toleraremos”, afirmó.
Williamson, que por su parte está muy presionado por su mala gestión del sector educativo durante la pandemia, prometió entregar a partir de la semana próxima cupones para que las propias familias adquirieran los alimentos que prefieran en los supermercados.
El respaldo público a los afectados por el mal servicio de comedor escolar motivó la intervención del líder laborista, Keir Starmer, que calificó de “totalmente inadecuados” los paquetes de comida e instó al Ejecutivo “tory” a tomar medidas “inmediatamente”.
La comisionada británica para la Infancia, Anne Longfield, ha pedido a los proveedores estatales que ofrezcan “comida verdadera en cantidades reales para familias de verdad”, y Max Davie, del Colegio de Pediatras, advirtió de que la oferta actual “no es suficientemente nutritiva para los niños y la gente joven”.
En un comunicado, Chartwells, del grupo Compass, se ha ofrecido a reembolsar el coste de las cajas de alimentos subestándar y explica que la razón del pobre servicio fue que no fueron informados con tiempo del confinamiento decretado el pasado 4 de enero.
Rushford, cuya campaña durante el primer confinamiento logró que el Gobierno conservador mantuviera el comedor gratuito, ha señalado que “los niños no deberían pasar hambre por el hecho de que haya mala comunicación o poca transparencia en los planes”.
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