El chavismo distribuyó los roles que interpretarán los distintos actores dentro del Hemiciclo de sesiones en la fraudulenta Asamblea Nacional, en los que tienen un papel destacado las familias Maduro-Flores, Cabello-Contreras y Rodríguez Gómez. El “diálogo y reconciliación” anunciados apuntan más al sector empresarial que al político, al que se amenaza con órdenes de captura por “crímenes que no deben ser perdonados”.
El martes 5 de enero el régimen madurista descorrió el telón rojo del Palacio Federal Legislativo, el escenario en el que se moverá el cuestionado Parlamento del 6D. Por un lado del Hemiciclo de sesiones hicieron su entrada las familias de la cúpula chavista, que aspiran a protagonizar la trama durante 5 años: Los Maduro-Flores, los Cabello-Contreras y los Rodríguez Gómez, cada una con su espacio sobre el escenario, en una repartición de roles que puede cambiar de año en año y que durante esta primera temporada toma un viejo nombre: “Reconciliación y diálogo nacional”.
El politólogo Ricardo Sucre indicó que la directiva del Parlamento -que tiene como presidente a Jorge Rodríguez Gómez, como primera vicepresidenta a Iris Varela, como segundo vicepresidente a Didalco Bolívar y como jefe de fracción de los 253 diputados del Gran Polo Patriótico (GPP) a Diosdado Cabello -responde a un “análisis del momento político” hecho por el Gobierno, así como a los acuerdos entre las familias más poderosas dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Hay que recordar que Cilia Flores y Nicolás Maduro Guerra, hijo y esposa de Maduro, ocupan curules, al igual que Marleny Contreras y Alexis José Rodríguez Cabello, esposa y primo del ahora coordinador de la bancada chavista.
“Son una estructura muy disciplinada en lo que se refiere a distribuir roles y la división del trabajo: ‘Te toca jugar a esto ahora y lo juegas, mañana te toca jugar a esto otro y lo juegas’. Hoy son ministros o diputados, mañana candidatos, después puede que nada, pero yo no veo diferencias importantes entre ellos”, explicó el politólogo Ricardo Sucre.
Es así como los roles son asignados de acuerdo con lo que exige el libreto. Este año el diagnóstico es que el llamado debe ser al “diálogo y la reconciliación nacional”, una escenificación conocida en Venezuela, pero que parece tener algunos actos novedosos. La llamada “apertura económica”, presagia la participación de nuevos actores, relacionados con los sectores económicos nacionales e internacionales.
Aunque quizás estos personajes prefieran quedarse tras bambalinas y operar al amparo de la llamada “Ley Antibloqueo”, que autoriza al Gobierno a tratar como información secreta los procesos de reorganización económica y financiera del Estado. Esta norma fue blindada por la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que en su última sesión estableció que sólo podría ser modificada con dos tercios de la Cámara, que ahora controla el chavismo en un 90%.
Los protagonistas
Tomando en cuenta que el público será nacional e internacional, y que se retoma el llamado al “diálogo” de otros años, la escogencia de Jorge Rodríguez, quien ha participado en varias de las infructuosas negociaciones venezolanas (mediación de El Vaticano, Oslo y Barbados), para desempeñar el papel del presidente parecía más apropiada que la de Cabello.
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