El desplazamiento de ciudadanos venezolanos fuera de su país continuará en 2021. Durante los cierres de frontera impuestos por la pandemia, el flujo migratorio no se detuvo.
Por Primer Informe
El movimiento humano asumió formas más peligrosas para los migrantes y más retadoras para las autoridades de los países de la región.
La Organización de Estados Americanos publicó un informe que contiene un balance de la crisis migratoria en 2020. El documento también establece las sombrías perspectivas de la diáspora venezolana para el año que recién comienza.
El principal problema creado por la pandemia es que favoreció la irregularidad del movimiento migratorio.
Los cierres fronterizos no frenan la migración. Al contrario, generaron un incremento en el número de entradas por caminos irregulares. La peor consecuencia de esa situación es que hizo proliferar «delitos como la trata de personas y el contrabando en todo el continente».
Chile es un caso arquetípico de esa situación. El número de personas que ingresaron a ese país por rutas no autorizadas aumentó.
En 2018 fueron 101 venezolanos ingresaron a Chile por caminos irregulares. En 2020, fueron 4.226 venezolanos los que hicieron eso mismo.
El reporte de la OEA, «cada vez son más los venezolanos que arriesgan su vida junto al mar que han desaparecido o han muerto intentando llegar a alguna isla del Caribe».
Tal como sucedió con los venezolanos que naufragaron y murieron en alta mar el mes pasado. El grupo intentaba viajar a Trinidad y Tobago. Hasta la fecha se han encontrado un total de 33 cadáveres, incluidos menores.
La emergencia no se detiene
Mientras tanto prosigue la compleja emergencia humanitaria en Venezuela. Situación que es agravada por el colapso de servicios básicos como agua y electricidad.
El incidente es un recordatorio de los riesgos extremos de los viajes por mar y otros movimientos transfronterizos irregulares emprendida por refugiados y migrantes venezolanos, dijo la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
La Oficina del secretario general de la OEA que hace seguimiento a la crisis migratoria venezolana, pidió esfuerzos conjuntos en toda la región. Propuso fortalecer los pasos fronterizos regulares para el 2021 y facilitar los mecanismos de protección para una población que huye por razones humanitarias.
También solicitó a los países de acogida a implementar medidas de flexibilización para facilitar la regularización e integración de los migrantes. Esto último es de capital importancia, toda vez que el régimen de Nicolás Maduro está negando el acceso a los documentos de identidad para los venezolanos emigrados.
Si las fronteras se reabren en el primer trimestre de 2021, y el chavismo sigue controlando Venezuela, la diáspora de ese país crecería. Se considera que podría haber hasta 7 millones de venezolanos viviendo fuera de su país. Actualmente la cifra es de alrededor de 5 millones.
Hay algo que puede frenar la migración venezolana en 2021. David Smolansky, quien dirige la Oficina de la OEA que atiende la crisis del país suramericano sostiene que solo una transición hacia la democracia la recuperación de las libertades puede lograr es efecto.
«Sólo así se detendrá la migración forzada y surgirán incentivos para el retorno», dijo.
Con información de la OEA.
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