Miles de personas han renovado las protestas contra la reforma del aborto en Polonia y han salido de nuevo a las calles de la capital, Varsovia, en medio de una gran presencia policial. Los agentes han utilizado gases lacrimógenos para repeler las «agresiones» dirigidas hacia a ellos por un grupo de manifestantes.
La protesta, organizada por la Huelga Nacional de Mujeres, iba a ser un bloqueo frente al Parlamento polaco, pero esta idea no ha podido materializarse porque durante el día el edificio ha sido acordonado por la Policía.
Así, la multitud ha comenzado a marchar a través del centro de Varsovia, como ya hicieron miles de personas durante días después del fallo emitido por el Tribunal Constitucional polaco, que decretó contrario a la Constitución el aborto en caso de malformaciones en el feto a finales de octubre.
No obstante, el fallo, que prácticamente prohíbe el aborto en Polonia, aún no ha sido publicado en el boletín del estado, una condición necesaria para que la nueva normativa entre en vigor.
Los enfrentamientos con la Policía se han producido cerca de la sede de la cadena de televisión pública del país, TVP, lugar al que se han dirigido los manifestantes después del fuerte dispositivo que la Policía había desplegado en torno al Parlamento.
Según ha señalado la Policía de Varsovia, los agentes utilizaron gases lacrimógenos y otras acciones de «respuesta directa» contra los manifestantes debido a las «agresiones» que algunos de ellos dirigieron hacia los agentes.
USO DESPROPORCIONADO DE LA FUERZA
Mientras tanto, en el Parlamento se producía un encendido debate, en el que Jaroslaw Kaczynski, líder del partido gobernante polaco, Ley y Justicia (PiS), acusaba a la oposición de tener «las manos manchadas de sangre», después de que hubieran mostrado su apoyo a las reivindicaciones de los manifestantes.
Por su parte, el diputado del opositor Alianza de la Izquierda Democrática, Krzysztof Gawkowski, denunció desde la tribuna del Congreso que el líder de su formación, Wlodzimierz Czarzasty, «acababa de ser golpeado por la Policía», mientras que el diputado y también presidente adjunto de la Cámara Baja Wlodzimierz Czarzasty había sido detenido.
La diputada de la Plataforma Cívica Monika Wielichowska también ha denunciado el uso desproporcionado de la Policía no solo contra los manifestantes, sino también contra algunos miembros del Parlamento, según informa el diario polaco ‘Gazeta Wyborcza’.
«La Policía violó mi integridad física, rompió mi identificación como diputada. Sabía que era diputada y lo hizo porque estaba interviniendo contra la detención de jóvenes», ha denunciado Wielichowska, quien ha acusado a Kaczynski de «prender fuego» a «las emociones» de los polacos. «¿Qué ha hecho con Varsovia?», le ha interpelado directamente.
UNA DE LAS LEYES CONTRA EL ABORTO MÁS DURAS DE EUROPA
El enfado de los manifestantes se concentra en Kaczynski y en su partido Ley y Justicia (PiS), formación que impulsó la demanda presentada ante el Tribunal Constitucional, entendiendo que la legislación actual legaliza de facto la eugenesia. También contra la Iglesia católica, que se ha posicionado en contra del aborto reiteradamente.
La redacción vigente de la ley permite interrumpir un embarazo en caso de que exista una probabilidad muy alta, que no ocurrencia, de una discapacidad o enfermedad grave del feto.
La situación actual de la legislación sobre el aborto, conocida como «compromiso sobre el aborto», se estableció en 1993. Desde entonces, ni los partidarios de liberalizar la ley ni los defensores de restringir aún más el acceso habían tenido éxito en sus esfuerzos.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, en un intento por controlar la situación, ha presentado ante el Congreso una propuesta legislativa que anularía parcialmente la sentencia del Constitucional, aunque no ha logrado los resultados esperados pues la opinión pública que protesta en la calles espera una mayor liberalización de la ley.
En 2019, el aborto por malformación del feto supuso el 97 por ciento de los 1.110 abortos que se practicaron en hospitales polacos. El síndrome de Down fue la justificación de más del 40 por ciento de los abortos legales practicados en el país el año pasado.
Actualmente, el aborto también es legal en el país si el embarazo pone en riesgo la vida o la salud de la madre, así como cuando es resultado de violación o incesto.
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