El deterioro de parques y plazas de la ciudad de San Cristóbal es evidente. El mal uso de los espacios, así como el olvido de las autoridades hacen que estos lugares se conviertan en una jungla de maleza y basura.
Fabiola Barrera | La Prensa Táchira.
Sin embargo, quienes hacen vida en la periferia de la zona, al ver la desidia de estos lugares y sin esperar nada a cambio, deciden con las pocas herramientas de jardinería que puedan tener y le hacen un cariñito a estos lugares.
Plazas como la Juan Maldonado ahora son estacionamientos de patrullas y carros de funcionarios que trabajan en los tribunales. Dado que el ingreso de detenidos ahora es por este lugar, las patrullas de la GNB se estacionan dentro de la misma, pese a que el estacionamiento está a unos metros del acceso.
«Eso es desde que se inició la pandemia. Ahora la entrada de los presos es por ahí y ellos (los uniformados) se estacionan ahí porque siempre hay sombra, pero no debe ser porque uno para los carros en el estacionamiento. Imagínese que todos nos paremos en la sombra de la plaza para que los carros no se asoleen», dijo Alberto Casique.
Unos metros más allá se encuentra la Plaza Urdaneta. Transeúntes en la zona explicaron a LA PRENSA que la misma no es remozada desde el inicio de la cuarentena por la pandemia del COVID-19, cuando comenzaron con una campaña de mejoras de espacios públicos.
«Desde esa vez aquí no vienen sino a recoger la basura los del Aseo Urbano. Ya ni un rastrillo le echan. Bueno usted puede ver que hasta envases de comida hay regados», dijo Luis Balbuena.
Por un acto
De la Plaza Bolívar de San Cristóbal, se acuerdan cuando hay actos políticos. Vendedores de jugos y cafés reprochan que a la plaza donde está la estatua ecuestre de Simón Bolívar solo la limpian y arreglan cuando se viene una actividad política y cuyo lugar de celebración es allí.
«Esta plaza la barrieron y la acomodaron unos soldados el domingo. Pero siempre lo hace es un borrachito que vive en la plaza y casi todos los días la arregla. De resto usted no ve a nadie arreglándola».
Incluso una de las bases que protege el jardín donde está el pedestal de la estatua está deteriorado, pese a que esa remodelación data de octubre de 2017, en la gestión del anterior gobernador y cuya inversión fue de 400 millones de bolívares.
Los vecinos
Las plazas San Miguel y Miranda son atendidas por quienes hacen vida en la periferia de ellas, mas no por los organismos correspondientes.
Vendedores de la Plaza Miranda informaron que hay personas que hacen vida en la plaza y son ellos quienes la mantienen limpia. Explicaron que ellos dejan los montículos de grama y desperdicios a la espera del camión recolector, pero hay días en los que no se hace la recolección y ésta se acumula.
Relataron que en enero, en un acto enmarcado en la Feria Internacional de San Sebastián, es que le hicieron un cariño a dicha plaza con las herramientas adecuadas y hasta la presente fecha, no han aparecido de nuevo cuadrillas ni de la Alcaldía, Gobernación o Protectorado. Piden que no se olviden de la misma, pues muchas son las personas que transitan por este lugar.
La Plaza San Miguel, que cuenta con un parque infantil, muestra evidencia del maltrato que ha sufrido. Falta de columpios, mecedores, y demás objetos del parque infantil y del gimnasio que instaló la Alcaldía en la zona, además de muebles abandonados y montañas de basura adornan dicho espacio.
La señora Irene, habitante de la zona, indicó que hace un tiempo fueron los Bomberos de San Cristóbal a podar el árbol de pica-pica que hay en la plaza porque estaba causando daños a la estructura del salón que hay allí. Incluso parte de las tejas ya se habían partido por el peso de una de las ramas de dicho árbol pero no arreglaron el daño.
Relata que los dueños de los establecimientos en la periferia de la plaza, cada cierto tiempo, limpian las áreas verdes, pero que sagradamente los domingos son tres personas las que hacen con machete y rastrillo en mano, quienes hacen la limpieza de la plaza. «Yo no he visto a más nadie haciendo nada por la plaza. Siempre son los tres de siempre».
Irene hizo un llamado a que corten las ramas de ese árbol, pues los más niños, atraídos por su fruto, los recogen sin saber que la misma da comezón.
Cuenta que los fines de semana los más pequeños sufren porque no saben que ese árbol produce comezón, por lo que pide a las autoridades que hagan lo correspondiente para así evitarle malos ratos a todos los que aún visitan dicha plaza.
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