El presidente de Argentina, Alberto Fernández, encabezó este sábado el festejo del «día de la lealtad peronista», en el que el oficialismo buscó mostrar amplio respaldo al mandatario en momentos de crecientes tensiones políticas y de crisis económica y sanitaria.
EFE
En un acto en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera del país y de fuerte raigambre peronista, Fernández aseguró que en 75 años «el peronismo siempre mantuvo la regla de ser leal a su pueblo».
El «día de la lealtad» conmemora la masiva movilización obrera que el 17 de octubre de 1945 copó Buenos Aires para reclamar la liberación de Juan Domingo Perón (1895-1974), quien luego sería elegido presidente del país en tres ocasiones.
La fecha es considerada como el nacimiento del movimiento peronista, que un año después se consolidaría con la fundación del Partido Justicialista (PJ), en el que hasta hoy conviven diferentes corrientes, de la izquierda a la derecha, todas asegurando ser «leales» al ideario del general Perón.
El año pasado, por primera vez en mucho tiempo, hubo un único acto del 17 de octubre para demostrar unidad y respaldo a la candidatura presidencial de Fernández y de la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) como postulante a vicepresidenta, fórmula que se impondría en los comicios del 27 de octubre, poniendo fin al proyecto de reelección del conservador Mauricio Macri (2015-2019).
Pero esta vez la división volvió a aflorar. Además del evento en la CGT, proclamado como «el único acto oficial», hubo una movilización de sindicatos peronistas en las calles y otro evento, este viernes, convocado por el expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003) y otros dirigentes justicialistas no alineados con el Gobierno.
Fernández, quien este sábado visitó en la isla Martín García, en el Río de la Plata, el sitio donde Perón estuvo preso en 1945, hizo un llamado a la unidad para «poner de pie» a la Argentina «derrumbada».
ENTRE LA VIRTUALIDAD Y LA CALLE
Con la pandemia de COVID-19 en su peor momento en Argentina -965.609 infectados y 25.723 muertos desde marzo-, el Gobierno limitó el acto en la CGT a un puñado de dirigentes y, en cambio, potenció la celebración virtual en redes sociales bajo la consigna «75 octubres».
Habituados a «ganar la calle» con masivas movilizaciones populares, esta vez los militantes fueron invitados a rescatar la mística partidaria desde internet, contando por qué se hicieron peronistas y compartiendo fotos de Perón, de su segunda esposa, Evita Duarte, y del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de Cristina Fernández, fallecido en 2010.
También a salir a los balcones para entonar su tradicional marcha, que canta «los muchachos peronistas todos unidos triunfaremos».
Sin embargo, después de varias movilizaciones opositoras en los últimos meses y a contramano de las restricciones sanitarias oficiales, un sector del sindicalismo peronista distanciado de la conducción de la CGT y encabezado por Hugo Moyano, líder de los camioneros, decidió regresar a las calles con una «caravana de la lealtad».
«Queremos demostrar el apoyo que tiene el Gobierno por parte de la inmensa mayoría de los trabajadores», dijo Moyano en rueda de prensa.
Camiones, ómnibus, taxis y autos particulares coparon así las calles del centro capitalino en lo que fue el primer acto masivo de apoyo a Fernández desde que empezó la pandemia.
«Aunque hubiera querido que se queden en sus casas, gracias a todos los que se volcaron a las calles para expresarnos apoyo y el afecto», señaló Fernández.
REFORZANDO EL LIDERAZGO EN PLENA CRISIS
Las demostraciones de respaldo llegan en momentos de crecientes críticas a la estrategia sanitaria y al manejo de la crisis económica: en su tercer año de recesión, la economía argentina se desplomará cerca de un 12 % en 2020, con índices de desempleo y pobreza en crecimiento.
En lo político, a la tensión con la oposición en el Congreso y en la opinión pública, con cruces que seguramente subirán de tono de cara a las elecciones de medio término del próximo año, se suman los rumores sobre las diferencias entre «cristinistas» y «albertistas» por el rumbo que debe tomar el Gobierno.
En este contexto, la imagen positiva de Fernández cayó desde un 67,8 % en marzo pasado al 37,5 %, de acuerdo con un sondeo reciente de la consultora Giacobbe & Asociados.
«El peronismo ha querido que ahora me toque a mí ser quien conduzca este presente», dijo hoy Fernández.
Días atrás, el titular del PJ, José Luis Gioja, confirmó que Fernández será ungido presidente del partido en diciembre próximo.
«Están tratando de darle a Alberto Fernández ropaje de poder. Ofrecerle la conducción del partido puede significar un símbolo de apoyo de distintos sectores», dijo a Efe Jorge Arias, de la consultora Polilat.
Según el analista, hoy no hay un liderazgo claro en el peronismo y, al no haber un único jefe, el concepto de lealtad, tan valorado en el ideario del movimiento justicialista y «tantas veces traicionado», se termina convirtiendo en «un bien inasible».
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