Cuerpos policiales disuelven las filas en zonas residenciales atendiendo las denuncias de residentes perjudicados por la pernocta de vehículos.
Llenar un tanque de gasolina no ha dejado de ser una odisea para los carabobeños, especialmente para los usuarios de bombas subsidiadas, quienes se han visto en la necesidad de hacer colas con anticipación de hasta dos días.
Según el sistema pico y placa que fue retomado esta semana, a Jesús Rondón le corresponde abastecer su vehículo el viernes, pero desde la mañana del miércoles empezó a hacer fila para la E/S Montemayor. Se ubicó en el semáforo de El Tulipán en dirección hacia Seminario.
Las personas que le antecedían a Rondón estaban desplegadas por la avenida Don Julio Centeno y fueron dispersadas por funcionarios de la Policía Municipal de San Diego. A él no lo molestaron porque no se encontraba en una zona residencial ni obstruyendo ninguna vía principal.
Migdalia Acosta se encontraba en la misma situación que Rondón. En el tiempo de espera lo único que no ha perdido es la fe. “Es lamentable que nos tengan haciendo colas porque deberíamos poder echar gasolina sin paralizarnos, pero si es lo que nos ha tocado vivir, lo asumimos. ¡Que Dios nos ayude a salir de esta situación!”.
Denuncias ciudadanas
Las colas anticipadas que se formaban en zonas residenciales para la estación subsidiada Los Jarales (Daka) también fueron disueltas por los cuerpos de seguridad, tras las quejas de los vecinos por el alboroto de las personas que pasaban la noche en el frente de sus hogares, obstruyendo y contaminando el frente de sus casas.
El director general de la policía municipal, Eleazar Villasmil, informó que los operativos para despejar vías principales y las calles residenciales se realizan en apoyo de la Policía de Carabobo. “Estamos haciendo todo lo posible por atender el llamado de las comunidades que se ven perjudicadas por la pernocta de vehículos”.
Villasmil destacó que en las bombas dolarizadas no ha habido necesidad de realizar el operativo porque el suministro de gasolina ha sido más constante y las filas no son tan largas.
“Estoy en la cola desde las cinco de la mañana y a las siete empezaron a surtir”, explicó el usuario Gustavo Hernández, quien aseguró que en la E/S Castillito el suministro ha sido regular desde que la gasolinera cobra el litro de combustble a $0,5.
“Si no hay divisas no pasamos”
El suplicio de los ciudadanos en las estaciones de la capital carabobeña no termina. Algunos valencianos denuncian que cuando la gandola llega demasiado tarde no despachan combustible hasta el día siguiente, dejándolos con los tanques vacíos hasta que les corresponda volver a hacer las colas según el número de placa.
Un usuario en la bomba subsidiada Quizanda estaba ansioso por surtir el vehículo que mantuvo estacionado dos meses. Cuando escuchó los anuncios del régimen de Nicolás Maduro que prometía la normalización del abastecimiento de gasolina para esta semana, decidió hacer la cola. “Esperábamos una regularización en las colas, pero hasta ahora no han cumplido con las expectativas del pueblo”.
Para los motorizados que no pueden pagar en dólares la desesperanza es la misma. Pasan la noche sin dormir, preocupados por la seguridad de sus vehículos y, cuando por fin les toca surtir, las autoridades reparten cupos que no alcanzan para todos. “Nos sentimos atropellados por la situación del país. Hacemos colas durante días y sólo quieren despachar a 20 motos cuando hay más de 50. Los policías no colaboran, si no hay divisas no pasamos”.
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