Panamá registró este miércoles 698 nuevos casos de la COVID-19 y 8 muertes, para hacer un total de 117.300 contagios confirmados y 2.448 defunciones acumuladas en 214 días de pandemia.
EFE
El Ministerio de Salud (Minsa) indicó en su reporte diario que los hospitalizados suman 851, de los cuales 731 se encuentran en sala general y 120 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Aisladas en su domicilio con síntomas leves permanecen 20.021 personas, y otras 370 en hoteles que funcionan como hospitales.
Desde que el 9 de marzo pasado se reportó el primer contagio se han hecho 520.682 pruebas, de las cuales el 23,1 % resultaron positivas.
Los test por cada millón de habitantes alcanzan los 121.674, con 6.215 aplicados en las últimas 24 horas, que arrojan una positividad del 11,2 %.
Las muertes de acuerdo con el rango de edad se concentran entre las personas de 60 a 70 años (1.178) y mayores de 80 (613).
En Panamá la COVID-19 tiene una letalidad del 2,1 %, de las más bajas en la región.
La mayor incidencia de casos se mantiene hasta ahora invariable en las provincias de Panamá, donde está la capital, y la aledaña de Panamá Oeste, con 58.105 y 20.170, respectivamente.
Panamá está en plena reapertura económica gradual y la relajación de las medidas de restricción a la movilidad, con un calendario que arrancó a inicios de septiembre y culminará el próximo lunes con el reinicio de la aviación internacional y el levantamiento del toque de queda nocturno.
La mejora de los indicadores pandémicos se registra tras una oleada de casos que comenzó en junio, que llegó a colocar a Panamá como uno de los países de mayor tasa de transmisión del virus.
Esto alentó a las autoridades a retomar el proceso de apertura del país, que este año verá caer su economía entre un 9 % y un 13 % según las previsiones del Gobierno y de analistas, respectivamente.
En la vía de esta reapertura y el reforzamiento de las acciones de trazabilidad y rastreo de casos positivos de contagio y sus contactos para frenar la propagación del virus, las autoridades sostuvieron este miércoles un acercamiento con las de la comarca indígena Guna de Madugandí, este de la capital.
Algunas comunidades indígenas en Panamá prefieren su medicina tradicional para enfrentar la pandemia y otras enfermedades, aunque también se muestran abiertos a los remedios occidentales.
Una delegación del Minsa, en representación del ministro panameño de Salud, Luis Francisco Sucre, acordó con las autoridades locales reforzar la acción sanitaria para evitar que el virus se propague entre los pueblos indígenas, según la información oficial.
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