Algunos partidarios del presidente Donald Trump se sorprendieron de que haya dado positivo a la prueba del nuevo coronavirus, pero dijeron que no ha disminuido su apoyo al candidato republicano.
Reuters
“Fue impactante”, dijo Maranda Joseph, de 43 años, de Warren en Ohio, que tiene 12 banderas de Trump en su patio delantero adornadas con esqueletos y otras decoraciones de Halloween. “Ver que lo tiene te inquieta un poco. Cualquiera puede tenerlo, incluso el presidente”.
Trump tuiteó temprano en la mañana del viernes que él y su esposa, Melania, habían dado positivo después de una semana de campaña relámpago en la que visitó siete estados y debatió con su rival demócrata en las elecciones de noviembre, Joe Biden.
El republicano ha minimizado los riesgos del virus y la enfermedad COVID-19 que ha matado a más de 207.000 estadounidenses, recibiendo críticas por sus mensajes erráticos y la reciente reanudación de las reuniones de campaña en las que sus partidarios a menudo se amontonan y no usan mascarillas.
Funcionarios en Minnesota y Nueva Jersey -dos de las paradas de Trump esta semana- instaron a todos los que habían asistido a sus eventos a hacerse la prueba.
Joseph, una ama de casa, dijo que cree que más gente debería llevar una mascarilla en los futuros mítines de Trump, pero añadió que ella misma asistirá a uno cuando el presidente se recupere.
“Las personas con sistemas inmunológicos debilitados deberían quedarse en casa”, añadió.
Algunos en Warren expresaron su escepticismo de que Trump tenga el virus, citando la prueba positiva del gobernador de Ohio Mike DeWine a principios de este año, antes de que diera negativo más tarde el mismo día.
“Hay tantos falsos positivos por ahí. ¿Trump ya se ha hecho una segunda prueba?” preguntó Sharon Tice, de 70 años, que vende camisetas de Trump y otros objetos. “Pero si lo tiene, podría influir en su forma de ver las cosas”.
Algunos republicanos dijeron que el diagnóstico podría ayudar al presidente.
“Trump demostrará al pueblo americano que puede sobrevivir al COVID”, dijo Cathy Lukasko, presidenta auxiliar del Partido Republicano del Condado de Trumbull, en Ohio.
Más de 7,2 millones de infecciones han sido reportadas en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia hace siete meses.
Lukasko se presentó en las oficinas del partido el viernes sin mascarilla, repartiendo carteles de Trump y de los candidatos republicanos locales.
“Este podría ser un pequeño descanso para él”, dijo.
Las reacciones reflejaron un patrón de larga data, los estadounidenses tienen una opinión muy clara sobre Trump.
Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada el jueves mostró que Biden tiene una ventaja de 9 puntos sobre Trump camino a las elecciones de noviembre, el mismo margen que en seis de las últimas siete encuestas nacionales, un período de tiempo que ha visto la muerte de la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg y el caótico debate del martes por la noche.
En Bangor, Pensilvania, el partidario de Trump, Jack Cooper, un electricista jubilado de 70 años, dijo que el presidente estaba pagando el precio por subestimar los peligros del virus. Sin embargo, dijo que eso no le impediría votar de nuevo por Trump.
“Está probando su propia medicina”, dijo Cooper, que vive en un distrito decisivo. “Estaba haciendo el tonto sin una mascarilla en grandes multitudes. Es como traer un pitbull a una gran multitud, algo va a pasar”.
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