Corea del Norte pidió este domingo a la marina surcoreana que deje de penetrar en sus aguas territoriales, mientras que Seúl intenta encontrar el cuerpo de un responsable surcoreano abatido en el mar por soldados norcoreanos.
La prensa oficial norcoreana indicó que Pyongyang llevará a cabo sus propias operaciones de búsqueda del cuerpo y afirmó que las operaciones surcoreanas podrían atizar las tensiones.
“Según el informe de la flota occidental de nuestra armada, el Sur ha movilizado muchos barcos, incluidos buques de guerra, para lo que se presume es una operación de búsqueda y les ha dejado infiltrarse en nuestras aguas territoriales desde el 25 de septiembre”, advierte una nota publicada por la agencia estatal KCNA publicada hoy. El texto considera que la supuesta infiltración por parte de Seúl puede conducir a “otro terrible incidente”.
Un funcionario del sector de la pesca en Corea del Sur fue abatido el martes por soldados norcoreanos. Es la primera vez en una década que un civil surcoreano muere de esta manera.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, se disculpó el viernes, algo excepcional, tras este deceso “inesperado y vergonzoso”, tratando así de calmar los ánimos de su vecino del Sur, según Seúl, donde el suceso causó indignación.
Las versiones sobre la muerte del hombre relatadas por Seúl y Pyonyang no concuerdan, y el Sur planea solicitar una investigación conjunta, aunque la mayoría de expertos considera que el régimen rechazará ese extremo.
Según Seúl, que sospecha que el funcionario quería desertar al Norte, las tropas norcoreanas interrogaron al hombre sin subirlo a bordo y tras tratar de remolcarlo sin éxito lo ejecutaron e incineraron su cadáver.
Pyonyang defiende que los soldados pidieron al hombre que se identificara y que cuando dejó de responder a sus preguntas y dio muestras de querer huir le dispararon y procedieron después a quemar el “objeto flotante” al que se agarraba, respetando en todo momento los protocolos de seguridad fronteriza y epidemiológica norcoreanos.
El sábado, Corea del Sur instó a Pyongyang a investigar más profundamente las circunstancias del asesinato y afirmó que solicitaría una investigación conjunta si fuera necesario.
Las disculpas de Corea del Norte, y especialmente de Kim Jong-un, son muy inusuales. El mensaje llegó en momentos en que las relaciones entre las dos Coreas se encuentran congeladas, al igual que las negociaciones entre Pyongyang y Washington por la cuestión nuclear.
Los medios oficiales norcoreanos no hicieron alusión a esta carta de disculpas en sus informaciones.
La frontera marítima occidental intercoreana es una de las zonas más tensas de la región y ha sido escenario de trifulcas entre ambos vecinos – técnicamente aún en guerra -, que en los últimos 20 años han dejado al menos 80 militares muertos entre ambos bandos.
(Con información de AFP y EFE)
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