El reducido horario de atención al público obliga a los tramitantes a madrugar en las cercanías del establecimiento. Más de 100 personas se aglomeran en la entrada del edificio Ariza, exponiéndose al contagio del Covid-19
Edicson Martínez es un contador público que amanece en el Registro Mercantil de Valencia de lunes a jueves, durante las semanas flexibles de cuarentena. Antes de que aclare toma al menos dos camionetas desde el sur de Valencia hacia el centro de la ciudad, sube por el bulevar Constitución y dobla a la izquierda en la calle Independencia donde se encuentran las oficinas de de destino.
En el recorrido a Martínez se le hace imposible mantener el distanciamiento social para evitar el contagio por Covid-19. Cuando llega al Registro, se encuentra con personas que pernoctaron en el lugar con la esperanza de ser los primeros atendidos del día.
Desde que se implementa el esquema de flexibilización 7×7 en Carabobo, los comercios y organismos públicos han modificado sus horarios de atención. Mientras algunas oficinas abren sus puertas de lunes a viernes, el Registro Mercantil sólo gestiona trámites tres días a la semana: martes, miércoles y jueves.
Para Katty Medina, solicitar o consignar un documento mercantil es una tarea casi imposible con un horario de recibimiento tan corto: solo de 9:00 am a 12:00 pm permiten la entrada del público.
Medina destacó que persiste la burocracia en la institución, pese a las órdenes de Nicolás Maduro del pasado 26 de agosto, cuando exigió simplificar los principales trámites de los registros mercantiles.
Cupos insuficientes
Asistir al órgano administrativo los martes es un dolor de cabeza. Entre tanta gente frente al edificio Ariza no se entiende dónde empieza ni dónde termina la fila. Los jueves la afluencia de personas disminuye.
La madrugada del lunes Iván Ojeda se incorporó a la cola que recién empezaba. Pasó el día y la noche en el lugar y fue atendido a la mañana siguiente. Como sólo le permitieron hacer dos trámites, regresó los días consecutivos. “Los jueves la marea baja, pero aquí siguen las colas”.
Más de 100 personas asisten diariamente al registro mercantil y sólo 50 de ellas consiguen un cupo de atención; el resto regresa a casa sin haber resuelto ningún trámite, situación que repercute en la economía de contadores públicos y abogados, empujándolos al borde del desempleo. “Lo que nos preocupa es que podemos perder nuestros clientes por el retraso de las gestiones”, manifestó Medina.
El suplicio no termina para quienes obtuvieron su cupo. Durante las escasas horas de atención rezan para que los servicios de Internet y electricidad se mantengan estables. “Si no hay sistema perdemos el viaje”, explicó Martínez.
El contador público también denunció que en ocasiones los pasos para gestionar un trámite se atrasan por personas que no tenían cupo, pero que reciben atención prioritaria. “Hace dos meses uno podía llegar a las 7 de la mañana y ser atendido con normalidad, pero después empezamos a ver que entraba gente que no estaba en la cola”.
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