El primer ministro Shinzo Abe, de 65 años, que acaba de batir el récord de longevidad en el puesto, declaró el lunes que se había vuelto a someter a pruebas médicas en un hospital de Tokio. Era la segunda vez en ocho días, lo cual avivó las especulaciones sobre su estado.
Un semanario japonés afirmó recientemente que Abe vomitó sangre a principios de julio, y los medios de comunicación destacaron que estuvo semanas sin dar ruedas de prensa. Finalmente, Abe anunció el viernes que, por motivos de salud, renunciará al cargo que ocupa de manera ininterrumpida desde 2012.
No es la primera vez que le ocurre esto al premier japonés. Ya en 2007, algo más de un año después de que asumiera por primera vez la jefatura de Gobierno, había anunciado que renunciaba al puesto. En ese momento, al igual que ahora, la causa es la misma: una colitis ulcerosa crónica que lo acompaña desde hace muchos años. Aunque tiempo después dijo que se había curado gracias a un nuevo fármaco, lo que le permitió volver a presentarse a elecciones y regresar al gobierno, las complicaciones volvieron en las últimas semanas.
“La colitis ulcerosa es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta de manera exclusiva a la capa más superficial del colon. La gravedad y la extensión de la inflamación varían en cada paciente”, informa el Hospital Clínic de Barcelona en su sitio web.
Los síntomas del mal que padece Abe, que arrastra desde que era adolescente, conllevan un grave dolor abdominal y diarrea por los trastornos del intestino. En cuadros de mayor seriedad, puede producir fiebre, pérdida de apetito y de peso. Una de las complicaciones más serias de la colitis ulcerosa es el megacolon tóxico, que se produce cuando el colon se dilata por encima de los seis o siete centímetros de diámetro. En casos extremos, la dilatación puede terminar en una perforación. De todos modos, es muy poco frecuente que llegue a ese punto, sobre todo, si la enfermedad es tratada oportunamente.
“La colitis ulcerosa puede ser debilitante y, algunas veces, provocar complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. A pesar de que no se conoce la cura, el tratamiento puede reducir en gran medida los signos y síntomas de la enfermedad e, incluso, provocar una remisión de largo plazo”, sostiene la Clínica Mayo en su web.
El tratamiento es esencialmente farmacológico, con antiinflamatorios e inmunorreguladores. El ácido 5 aminosalicílico (5-ASA) es uno de los componentes más utilizados por los laboratorios que producen medicamentos contra esta enfermedad.
Una exitosa remisión gracias al tratamiento es lo que le había permitido a Abe retomar sus actividades políticas tras su primera renuncia. Pero el regreso de los síntomas más fuertes, y la incertidumbre sobre los plazos y la gravedad que puede alcanzar este mal, lo llevaron ahora a decidir que lo mejor es renunciar para poder concentrarse en su recuperación.
“Durante ocho años he podido manejar bien mi enfermedad, y he sido capaz de dedicarme por entero a mis obligaciones como primer ministro”, contó Abe este viernes en una rueda de prensa. “Desde el mes pasado –agregó– mi salud se ha deteriorado, y he perdido mucha fuerza (…). El nuevo fármaco que me están administrando exige un monitoreo continuo y estrecho”.
“Una salud pobre puede derivar en decisiones políticas erróneas (…). Por eso, he decidido renunciar como primer ministro”, explicó.
Con información de EFE
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