La Policía de la ciudad siberiana de Omsk, en cuyo hospital principal permanece ingresado en estado de coma el líder opositor ruso, Alexéi Navalni, sostiene que los médicos han hallado en su organismo trazas de un potente veneno, peligroso no solamente para él sino también para quienes se encuentren cerca. Así lo acaba de anunciar Iván Zhdánov, uno de los abogados del equipo del principal crítico de las políticas del Kremlin.
Zhdánov ha dicho a los periodistas que, según la Policía, el personal sanitario que atiende a Navalni «necesitan trajes especiales», lo que explicaría por qué los médicos están en contra de su traslado a una clínica de Moscú o de Berlín. El director del hospital de Omsk, Alexánder Murajovski, ha declarado que «mover ahora al paciente sería peligroso para su vida».
Sin embargo, el médico responsable del Hospital Nº 1, Anatoli Kalinichenko, acaba de afirmar que no hay rastros de veneno en los análisis de Navalni. «No se hallaron venenos ni rastros de ellos en los análisis de sangre ni de orina», dijo Kalinichenko, citado por la agencia Interfax. Una fuente policial de Omsk, citada por la agencia TASS, también afirma que no es cierto que se haya encontrado un poderoso veneno en el cuerpo de Navalni. Según el interlocutor de TASS, lo que se ha detectado «es una intoxicación psicodisléptica», producida por una sustancia alucinógena empleada en psiquiatría.
«Pero se podrá determinar con mayor precisión después de emitido el diagnóstico y conclusión de los médicos», señaló la fuente, que además llama la atención sobre el hecho de que «todavía no se ha abierto una causa penal al no existir indicios de que el envenenamiento haya sido provocado intencionadamente». TASS afirma que los agentes esperan poder interrogar a Navalni tan pronto como sus estado de salud lo permita.
Avión medicalizado alemán en Omsk
Pero los familiares y colegas de Navalni exigen a la dirección del hospital de Omsk que les autoricen a llevarse al dirigente opositor a un hospital de Berlín. Según informa la publicación rusa RBK, en el aeropuerto de Omsk ya se encuentra un avión medicalizado enviado desde Alemania para llevarse a Navalni. Kira Yarmish, la portavoz del opositor ruso, denunció hoy que los médicos se niegan a autorizar su traslado a otro centro sanitario, según ella, por presiones del Kremlin.
«Estaban ya de acuerdo con su partida, pero en el último momento, cambiaron de opinión por presiones recibidas desde Moscú», aseguró Yarmish a través de Twitter. Según sus palabras, «esa prohibición de su traslado es un atentado contra su vida». El jueves, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que «el Ministerio de Sanidad ruso está dispuesto a autorizar el traslado de Navalni si recibe una petición en ese sentido».
Yarmish sostiene que «les hemos presentado toda la documentación necesaria: la solicitud de su esposa y la aceptación de la clínica alemana de recibir a Navalni». Por su parte, Anastasia Vasílieva, doctora que habitualmente trata al opositor, considera que «es ilegal mantener a Alexéi en un hospital que no cuenta con los tratamientos, condiciones y equipos necesarios». Deploró también que «no nos muestran los informes», escribió en su cuenta de Twitter.
El abogado anticorrupción y principal líder opositor volaba en la compañía rusa S7 entre la ciudad siberiana de Tomsk y Moscú cuando se sintió mal y perdió el conocimiento. El avión efectuó una parada de emergencia en Omsk (Siberia) para su hospitalización. Yarmish está convencida de que Navalni fue envenenado con alguna sustancia que le echaron en el té que tomó en la cafetería del aeropuerto de Tomsk antes de la salida del vuelo.
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