La cancelación de la convención republicana por parte de Donald Trump tiene una explicación política nacional -su cambio de tono sobre la pandemia- pero un significado específico para Florida, donde iba a celebrarse.
Por ABC
El estado sureño no es solo uno de esos estados bisagra que da y quita elecciones -como ocurrió en las de 2000 con George W.Bush y Al Gore-, sino también el estado más afectado por el Covid-19 en estos momentos. Florida es, además, un refugio para muchos jubilados estadounidenses, la población más vulnerable con el virus. Muchos son votantes de Trump. Quizá alguno haya cambiado de opinión por la gestión del presidente de la pandemia, si las encuestas muestran una fotografía correcta de la situación actual.
Según el último sondeo de la Universidad Quinnipiac, el 51% de los votantes de Florida apoyan al rival de Trump, el demócrata Joe Biden, mientras que el 38% votarían a favor del presidente. Una brecha importante, de trece puntos, en un estado que Trump ganó por la mínima a Hillary Clinton en 2016, por un punto. Y una gran diferencia respecto a la misma encuesta en abril que que daba a Biden el 46% de los apoyos, frente al 42% de Trump.
Los datos apuntan a que la pandemia tiene que ver en esta evolución. El 58% de los encuestados aseguran que Biden hubiera hecho un mejor papel que Trump en la gestión de la crisis, mientras que solo un 38% lo dice de Trump. Desde abril hasta ahora, el porcentaje de quienes desaprueban la gestión en general de Trump ha pasado del 51% al 58%, al mismo tiempo que la pandemia empeoraba en Florida.
El disputado Medio Oeste
Trump también tiene malas noticias en otros estados clave, como Míchigan, Pensilvania y Minesota, en la disputada región industrial del Medio Oeste. En los dos primeros, Trump consiguió arrebatar dos estados que habían sido conquistados por Barack Obama, y que fueron decisivos para su triunfo electoral. Ahora parece que se descuelga en las encuestas, según los sondeos que ha realizado en estos tres estados Fox News, la cadena generalista más amable con el presidente de EE.UU.
En Pensilvania, la brecha a favor de Biden es de once puntos (50%-39%), mientras que en abril era de ocho puntos (50%-42%). En Míchigan el que fuera vicepresidente con Obama obtiene el 49% de los apoyos, frente al 40% de Trump. En Minesota es donde más pierde fuelle el presidente: recibe solo un 38% de los apoyos, mientras que Biden acumula el 51%.
En asuntos específicos, Trump mantiene el tipo en uno decisivo: la economía. Tanto en Pensilvania como en Míchigan, los votantes creen que el presidente manejaría mejor la economía que su rival, aunque no con mucha diferencia: cinco puntos y tres puntos, respectivamente. Los encuestados en Minesota prefieren a Biden en esta capítulo por la mínima, por un punto.
Aunque Trump ha insistido en decir que las encuestas son «fake» y que se equivocarán igual que en 2016 -aunque la diferencia en los sondeos es muy superior a lo que mostraban entonces-, es evidente que ha reaccionado ante su desplome. Varias encuestas le han dado una diferencia a favor de 15 puntos para Biden en las últimas dos semanas y el acumulado de sondeos de RealClearPolitics marca una diferencia de nueve puntos entre los candidatos.
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