Ghislaine Maxwell, ex pareja del financista Jeffrey Epstein, se casó en secreto y se niega a revelar ante la justicia de los Estados Unidos la identidad de su nuevo esposo. El hecho se reveló durante su primera aparición ante una corte de Nueva York donde escuchó los cargos que le imputaron y se declaró inocente. La jueza que sigue el caso le negó la libertad bajo fianza haciendo caso a los argumentos de los fiscales que aseguraron que la acusada es “experta en vivir escondida”.
Por Infobae
Sin embargo, en otro tramo de la comparecencia, Alison Moe una de los tres fiscales que sigue la investigación, señaló que Maxwell se había casado en secreto nuevamente y que nadie conocía la identidad del esposo. Consultada respecto al nombre de su nueva pareja, la ex de Epstein se negó a dar esa información. Los presentes en el recinto se mostraron sorprendidos ante el secretismo que rodea a la poderosa mujer que está señalada como la principal reclutadora de las menores que eran explotadas sexualmente en las mansiones del multimillonario hombre de las finanzas.
La fiscal se refirió con claridad sobre la falta de transparencia en las presentaciones de Maxwell. Sobre el ofrecimiento de pagar cinco millones de dólares de fianza -medida que fue denegada- Moe preguntó quién firmaría conjuntamente su caución y allí hizo la revelación que impactó al tribunal.
“Además de no describir de ninguna manera la ausencia de cosignatarios propuestos de una fianza, la demandada tampoco menciona en absoluto las circunstancias financieras o los activos de su cónyuge cuya identidad se negó a proporcionar a los servicios previos al juicio. No hay información sobre quién firmará conjuntamente este bono o sus activos, y no hay detalles en absoluto”, dijo.
De acuerdo a fuentes cercanas a la investigación, la intención de la fiscal era mostrar a los presentes la falta de confianza que despertaba Maxwell respecto a sus movimientos, tanto personales como financieros. El argumento fue atendido.
El único antecedente de la compañía de un misterioso hombre en la vida reciente de Maxwell se remite a cuando compró la costosa y alejada mansión de un millón de dólares en Bradford, New Hampshire, donde fue detenida el pasado 2 de julio por agentes del FBI. La agente de bienes raíces que vendió la propiedad señaló que durante las negociaciones trató con Maxwell -a quien no reconoció en un principio- y con otro sujeto, ambos con acento británico. En aquella oportunidad se presentaron con identidades falsas: Scott y Janet Marshall. ¿Se tratará del misterioso esposo?
“Scott Marshall le dijo que estaba retirado del ejército británico y que actualmente estaba trabajando en un libro. Janet Marshall se describió a sí misma como periodista”, dijo Moe que testificó la broker inmobiliaria. Algunas versiones indican que en verdad su nuevo esposo podría ser un millonario CEO de una compañía de tecnología. Se trataría de Scott Borgerson, de 43 años, quien ya había dado refugio a Maxwell cuando todavía no había caído en desgracia.
La jueza del distrito de Nueva York, Alison Nathan, determinó que Maxwell, de 58 años, deberá permanecer tras las rejas hasta su juicio en julio del próximo año por supuestamente reclutar chicas para que Epstein saciara su apetito sexual. Al conocer la decisión, la mujer rompió en llanto.
Un día negro ante la justicia
Maxwell declaró la tarde del martes ante la corte federal de Manhattan a través de una videollamada desde el Centro de Detención de alta seguridad de Brooklyn, donde está detenida tras su arresto a principios de este mes. Está acusada de seis cargos criminales: cuatro relacionados con el traslado de menores para cometer actos sexuales ilegales y dos por perjurio. Si es hallada culpable, enfrenta hasta 35 años de cárcel.
La juez de distrito Alison Nathan presidió la audiencia y denegó el pedido de Maxwell, acusada por los fiscales de ayudar a Epstein a reclutar y eventualmente abusar de menores entre 1994 y 1997 y de mentir sobre su rol en declaraciones en 2016.
“Ninguna combinación de condiciones podría razonablemente asegurar la presencia de la acusada en la corte”, dijo la magistrada, que enumeró para su decisión las tres nacionalidades que tiene Maxwell, sus importantes recursos financieros y sus conexiones internacionales. “Los riesgos simplemente son demasiado grandes”, apuntó.
Asimismo, Nathan señaló que el riesgo de la acusada de contraer la COVID-19 en prisión, que había planteado la defensa, no es razón suficiente “por sí sola” para conceder una libertad bajo fianza, y subrayó que los 35 años de cárcel a los que se enfrenta son otro factor a tener en cuenta ante la posibilidad de fuga.
“No culpable, su señoría”, dijo Maxwell cuando la juez le preguntó cómo se declaraba ante los cargos. La defensa de la millonaria había pedido la reclusión domiciliaria con seguimiento electrónico en un lujoso hotel de Manhattan.
Los fiscales habían solicitado que Maxwell siga detenida por el riesgo “extremo” de que huya. Afirman que ya intentó hacerlo cuando fue arrestada el 2 de julio por agentes del FBI en su casa de Bradford, New Hampshire, donde se escondía.
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