En medio de una pandemia en la que la primera medida de higiene es lavarse las manos con agua y jabón, algunos hospitales del municipio Libertador de Caracas han permanecido hasta tres semanas sin agua desde que inició la cuarentena en el país.
Mariana Souquett Gil| Efecto Cocuyo
“Hemos pasado días difíciles. El agua vino el jueves pasado (7 de mayo), pero teníamos tres semanas que no llegaba una gota. El hospital estaba en condiciones deplorables y totalmente insalubres. En ninguna parte un baño decente”, expresa María Villarroel, neumonóloga del hospital general del oeste Dr. José Gregorio Hernández, conocido como Los Magallanes de Catia.
La especialista explica que antes el agua llegaba todos los jueves, aunque a veces duraba solo 30 minutos. En la semana que empezó el 11 de mayo, Los Magallanes de Catia no tuvo agua hasta este 14 de mayo.
Para los pacientes y el personal sanitario del centro de salud, almacenar agua se ha convertido en la manera de “sobrevivir” parcialmente ante la ausencia o irregularidad del suministro. Muchos pacientes deben buscar su propia agua. De acuerdo con Villarroel, algunos servicios optaron por instalar tanques.
En San Martín, el principal hospital materno de la ciudad de Caracas también padece fallas de agua. Moraima Hernández, infectóloga y representante de la Sociedad de Médicos de la Maternidad Concepción Palacios afirma que el agua “se va todos los días”.
Médicos del centro de salud amparado por medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) afirman que cuando el agua llega, los familiares de los pacientes y los propios pacientes deben almacenarla en tobos. Incluso deben llevar su propia agua.
“Los familiares deben llevar agua para el aseo personal y el consumo”, dice una especialista del área de Ginecología y Ginecología Quirúrgica, que padece fallas de infraestructura, reducción de espacios y servicios.
Niños en situación vulnerable
En el Instituto de Oncología Luis Razetti (Iolr), en San José de Cotiza, el servicio de Pediatría también se ha quedado sin agua en la cuarentena. Médicos indican que no es un problema nuevo, pero dificulta aún más la atención a los pequeños.
El 12 de mayo, el agua se agotó. Como consecuencia, familiares tuvieron dificultades para preparar los alimentos para los niños hospitalizados y mantener la higiene en los espacios.
“Dependemos de una bomba de agua que está en un piso donde hay un tanque que tienen que llenar las cisternas. Luego es que nos envían agua”, dice la madre de un adolescente con metástasis en un pulmón que actualmente recibe quimioterapia.
Tras denunciar la situación en redes sociales, consiguieron que una cisterna les suministrara agua, pero solo pudieron llenar dos tobos. La madre asegura que algunas familias pueden comprar agua potable, pero otras no, por lo cual en ocasiones deben cargar agua de otras zonas del hospitales.
El principal centro pediátrico del país, el JM de los Ríos, en San Bernardino, los problemas en el suministro de agua son de larga data. Un día antes de que se confirmaran los primeros casos de coronavirus en el país, diversos servicios sumaban tres semanas sin agua. Ni la llegada de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus ha logrado solucionar la falta de agua en el hospital de niños.
En el servicio de Medicina III, donde trabaja la pediatra Sonia Sifontes, presidenta de la Sociedad de Médicos del JM de los Ríos, las fallas de agua son recurrentes. El 12 de mayo, nunca vio agua en su servicio. Según le contaron enfermeras, ese día solo hubo durante “una hora”.
En 2019, 70% de los hospitales estudiados en la Encuesta Nacional de Hospitales, elaborada por la organización Médicos por la Salud, reportó intermitencias en el servicio de agua, mientras que 20% indico no tener agua en ningún momento de la semana.
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