Desesperación y angustia por comprar alimentos mostraron los habitantes de la isla de Margarita durante el primer día de toque de queda anunciado por el régimen de Nicolás Maduro, tras la confirmación de 41 contagiados de COVID-19 en Nueva Esparta relacionados con el caso de la Academia de Béisbol Roberto Halhis del municipio Gómez. La noche de este lunes 20 de abril, las autoridades nacionales confirmaron que la cifra de enfermos subió a 72 en el estado.
La medida comenzó a regir desde las 8:00 de la noche del domingo 19 de abril y permitió a los ciudadanos salir a las 10:00 de la mañana de este lunes, pero desde este 20 de abril la misma regirá desde las 4:00 de la tarde hasta las 10:00 de la mañana hasta que disminuyan los contagios. La decisión provocó que los margariteños salieran de sus casas a comprar comida, abarrotando los supermercados y abastos que mostraron largas colas de ciudadanos que esperaban ingresar a los establecimientos.
Algunas personas se arriesgaron a usar el poco combustible que les quedaba y otras optaron por caminar sin esperar el transporte público para aprovechar al máximo las horas permitidas de circulación. «Salimos por la necesidad de comprar comida aunque con mucho miedo, ya que vemos que cada día incrementan los casos de COVID-19 en la isla. Me quedaba muy poca gasolina en mi carro, pero decidí venir al supermercado, donde tengo más de una hora en la cola y sin otra opción que aguantar bajo el sol para lograr ingresar al supermercado», dijo José Pirela, habitante de la isla.
Igualmente, expresó Gustavo Guerra, quien caminó desde su casa ubicada en la Isleta I hasta el supermercado en la avenida Juan Bautista Arismendi. «Esto es una locura, aunque debemos respetar las medidas preventivas, muchos no guardan la distancia de un metro establecido para evitar el contagio, ya que hay demasiada gente y todos queremos entrar antes de que llegue la hora de cierre y nos tengamos que ir para cumplir con el toque de queda. En mi caso, tengo unos hijos pequeños que alimentar y tengo que comprar de alguna manera la comida», narró.
Otros margariteños manifestaron preocupación ante el incremento en los precios y la limitación de los productos que se les permite adquirir. «Llegué a las 10 y media de la mañana y logré ingresar a las 12 del mediodía, solo me permitieron comprar un pollo y cuatro harinas precocidas. Esto nos preocupa aún más porque entonces nos va a tocar venir varias veces a la semana para llevar un mercado completo y eso significa exponerse aún más en la calle«, dijo Ramón Romero, otro consumidor.
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