La propagación del virus SARS-Cov-2 ha tomado al mundo por sorpresa. Muchos gobiernos y sistemas de salud se han visto superados y han tenido que tomar medidas radicales a gran escala. Sin embargo, más allá de este panorama colectivo aún por resolverse, es importante hacer énfasis en una de las enseñanzas que esta situación está dejando a la humanidad: que la salud hay que cuidarla siempre, y eso es algo que empieza por uno mismo.
El doctor Arturo O’Byrne Navia, médico cirujano y director de la Clínica O’Byrne, explica por qué este es un tema que debe tocarse en el contexto actual. “Estamos ante un virus que, comparado con otros, no es tan mortal, pero que es altamente contagioso, así que nadie está exento de contraerlo, pero podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico para resistir mejor un eventual contagio no solo del SARS-Cov-2, sino de cualquier virus”, anota O’Byrne.
La medicina biológica, por ejemplo, ofrece alternativas como el uso de ozono y las altas dosis de vitamina C intravenosas, las cuales, por su potencial antiviral, están siendo utilizadas en China contra el COVID-19. Igualmente, según el profesional, “un medicamento de origen natural como el Engystol, desarrollado por Laboratorios Heel y con registro Invima, puede fortalecer el sistema inmune contra afecciones virales”.
Se sabe también que el SARS-Cov-2 produce una enfermedad respiratoria conocida como COVID-19, que puede ser peligrosa especialmente para personas con morbilidades previas. Muchas de estas morbilidades han aumentado en los últimos años precisamente por un enfoque médico que privilegia la curación en detrimento de la prevención.
“Desde que apareció el Informe Flexner en 1910, la tendencia predominante en medicina ha sido medicalizar. Sin embargo, esta estrategia no ha funcionado, como se puede ver en el ascenso constante de las curvas epidemiológicas de enfermedades crónicas cada vez más comunes, como la diabetes, el cáncer, el lupus, entre otras”, añade el doctor O’Byrne.
La medicina integrativa, el futuro de la salud
De la mano de lo anterior, la medicina integrativa se ha venido consolidando como una alternativa para el cuidado de la salud. Esta representa un cambio de paradigma con respecto a la medicina reactiva, que se enfoca en tratar solamente cuando las personas sienten molestia orgánica y que, por ende, representa grandes inconvenientes: “En muchos casos, la medicina reactiva no logra solucionar los problemas, solo controlarlos. No hay, por ejemplo, un medicamento que cure la hipertensión. Cuando esta se padece, solo se puede manejarla con fármacos. La medicina reactiva, por tanto, representa una sobrecarga química y tóxica, además de un alto costo para los sistemas de salud, pues es muy caro atender a pacientes con enfermedades crónicas”, añade el médico cirujano.
Por esta razón, se hace imperativo cambiar el enfoque hacia la medicina integrativa, que da prioridad a la prevención y que, dicho de manera sencilla, le enseña al paciente a llevar un estilo de vida que reduzca las posibilidades de enfermarse.
“Esto no significa que en este enfoque no se cure. Si es necesario recetar medicamentos, se hace. Sin embargo, lo más importante de la medicina integrativa es mostrar a los pacientes que ellos mismos son los principales responsables de su salud”, explica el doctor Arturo O’Byrne.
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De hecho, hace unos 25 años, este médico cirujano fundó en Cali su propia clínica, la cual cuenta hoy con reconocimiento nacional e internacional por sus tratamientos integrales y educativos basados en la medicina integrativa y complementados con la medicina biológica y la funcional.
“En la Clínica O’Byrne, las consultas duran entre una hora y una hora y media, porque debemos entender quién es el paciente, cómo se alimenta, qué tanto ejercicio hace, cuál es su estado mental y qué relación tiene con el medio ambiente. Incluso hacemos exámenes genéticos que enviamos a Estados Unidos. Este análisis sirve para proponerle al paciente un plan personalizado”, anota el fundador de la clínica, que se rige bajo una filosofía llamada 4P.
Esto significa que la metodología de la Clínica O’Bryne es predictiva (identifica factores de riesgo); preventiva (evita patologías con tratamientos y cuidados); personalizada (entiende que cada paciente es único) y participativa (precisa de la disposición y participación del paciente).
Con este método, la clínica, que cuenta con un equipo de médicos y odontólogos de primer nivel, busca optimizar las defensas y el sistema inmunológico de sus pacientes, a la vez que reconoce la importancia de controlar el estrés, hacer ejercicio y cuidar la espiritualidad, entre otros aspectos para llevar una vida plena y saludable.
“Esto es fundamental porque esta no es la última pandemia que vamos a atravesar. En los últimos años hemos enfrentado virus como el AH1N1 y el AH1N5, así que debemos tomar el coronavirus como un llamado de atención a la humanidad para discernir qué es importante y qué no, y para darnos cuenta de la necesidad de cultivar un estilo de vida saludable que nos prepare para lo que pueda venir”, concluye el doctor Arturo O’Byrne.
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