Clíver Alcalá y Hugo Carvajal conocieron al monstruo chavista por dentro.
ANDREÍNA ITRIAGO | El Tiempo
Y ahora, cuando han sido acusados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de delitos relacionados con narcoterrorismo, y cuando a cada una de sus cabezas se le ha puesto un precio de 10 millones de dólares, hay altas expectativas sobre lo que dos exgenerales venezolanos –que fueron cercanos al expresidente Hugo Chávez, pero se distanciaron de su sucesor, Nicolás Maduro– «cantarán» a las autoridades estadounidenses.
Ya uno cayó. Se trata del mayor general retirado Clíver Alcalá Cordones, quien, como reveló EL TIEMPO, se entregó el pasado viernes a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, y fue trasladado primero de Barranquilla, donde estaba radicado, hasta Bogotá, y desde allí a Nueva York, en un avión de la DEA.
Alcalá Cordones era uno de los hombres más leales a Chávez. Junto con su hermano Carlos, también militar y hoy día embajador de Venezuela en Irán, fue de su confianza e incluso llegó a ser catalogado por sus compañeros de promoción en la Academia Militar de Venezuela como su “hijo militar” predilecto.
De hecho, durante el mandato del expresidente venezolano, Clíver Alcalá Cordones tuvo importantes ascensos a soñados cargos militares, como el de comandante de la unidad superior más poderosa del Ejército venezolano y que a su vez es considerada la unidad blindada más poderosa de Suramérica.
Desde 2016, sin embargo, Alcalá Cordones comenzó a hablar sobre las intimidades del régimen chavista, tras separarse públicamente de Nicolás Maduro por considerar que destruía el legado del fallecido Chávez.
Someramente, ha declarado sobre cómo el régimen chavista utilizó el control cambiario o el poder electoral a su favor, sobre las ‘mafias de importación’ que se crearon y perjudicaron la producción local de alimentos, sobre la complicidad de las Fuerzas Armadas en dichas actividades, sobre el desmantelamiento de estas, sobre el malestar en las filas castrenses, sobre la ilegitimidad de algunas instituciones, sobre el fracaso de algunos ministros, y sobre lo que han debido hacer otros.
“Este gobierno no solo vinculó a los militares en el narcotráfico sino también a sus propios familiares”, llegó a decir Alcalá en entrevista con La Razón, un medio local, en mayo de 2018. Apuntando a otros pero sin dar explicaciones, aún, de las acusaciones que lo vinculan a él con distintos carteles y con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Estas últimas quedaron en evidencia desde 2008, cuando se incautaron los computadores de Raúl Reyes, el fallecido número dos de las Farc, en la Operación Fénix, en Ecuador, y su apellido apareció varias veces en los archivos.
Desde septiembre de 2011, Alcalá Cordones está incluido en la Lista Clinton, de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) de los EE. UU., junto a otros cuatro funcionarios del gobierno venezolano, que habrían sido facilitadores claves de armas, seguridad, capacitación y asistencia de las Farc en Venezuela.
Ahora, sin embargo, Alcalá, quien es catalogado por fuentes entendidas como un doble agente, podría profundizar en estas informaciones con las autoridades estadounidenses. Pero no sería tanto él, sino sobre todo otro exgeneral, quien tendría temblando a más de uno, dentro y fuera de Venezuela.
Se trata de Hugo Carvajal, alias El Pollo, otro de los hombres de confianza de Chávez y quien por siete años fue su director de inteligencia militar y también desempeñó, por unos pocos meses, el mismo cargo para Nicolás Maduro, aunque luego se apartó de él, según reveló su esposa al diario El País, de España, tras ver “cómo entendía (Maduro) los servicios de inteligencia y las violaciones de derechos que pretendía que llevase a cabo en su nombre”.
Cinco años después de esto, en febrero de 2019, en los días previos al intento fallido de ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela, Carvajal, quien ya había rechazado algunas acciones del régimen, desconoció públicamente a Maduro y reconoció como presidente encargado al líder opositor Juan Guaidó.
Sin embargo, esto no evitó su calificación por el Departamento de Justicia estadounidense como líder y gerente del Cártel de Los Soles, y ahora se dice que estaría negociando su entrega, desde un paradero desconocido en Madrid, España, aunque sus familiares y abogados negaron que esto estuviera sucediendo. Pero es algo que los expertos consultados creen que ocurrirá “más temprano que tarde”, y que traerá consecuencias.
“A la caída de El Pollo, eso es como cuando uno coloca 100 piezas de naipe o de dominó, que le da uno a la punta y caen todas. Así va a pasar”, aseguró a este diario Ismael García, diputado opositor venezolano exilado en Costa Rica, quien en la última década ha investigado a Carvajal en el seno del Parlamento venezolano.
Ya Carvajal había ofrecido a agentes de la DEA que les daría información sobre los nexos de fichas de Maduro como el vicepresidente del Área Económica, Tareck El Aissami, con la organización militante libanesa chiita Hezbolá, y sobre la ubicación de bienes en el exterior del círculo más cercano de Maduro.
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Pero, además, a juicio del diputado García, Carvajal podría ofrecer detalles de una estructura “criminal” que asegura es “muy poderosa”, en la que harían parte el cuestionado Maduro y el número dos del régimen, Diosdado Cabello, así como algunos militares que hoy ostentan cargos de ministros, como el de Relaciones Interiores, Néstor Reverol –también buscado por el Departamento de Justicia de los EEUU y a quien Carvajal ya ha acusado públicamente– o gobernadores, como Henry Rangel Silva y Julio César León Heredia, y otros funcionarios, exfuncionarios y allegados al régimen.
“El Pollo Carvajal tiene que decir, por ejemplo, cuáles son las rutas del narcotráfico, quiénes son sus socios afuera, en Centroamérica y afuera, cuáles son las rutas de narcotráfico hacia Europa y África, con quiénes colabora, porque eso no sale solo”, prosiguió el parlamentario García en su conversación con EL TIEMPO.
El propio Carvajal ha reconocido tener información sensible que trasciende al territorio venezolano. Confiado, ha asegurado que, si él cae, “algunos gobiernos también pudieran caer”. Y entre los medios españoles se ha especulado que uno de ellos podría ser el de Pedro Sánchez, cuya inteligencia lo estaría protegiendo con la anuencia del vicepresidente de Gobierno, Pablo Iglesias.
“La información del Pollo Carvajal podría llevar a una solicitud de detención internacional del Gobierno de EE. UU. contra líderes o exlíderes de Podemos como (Juan Carlos) Monedero, Iglesias, (Íñigo) Errejon, (Luis) Alegre y (Carolina) Bescasa”, trinó el periodista español Carles Enric, este 30 de marzo.
Sin embargo, y a pesar de la información valiosa que seguramente maneja tanto Carvajal como Alcalá, sus declaraciones a las autoridades estadounidenses ocurrirían a destiempo, y no les permitirían conseguir sus objetivos de reducción de condena o de ser testigo protegido.
“No creo que ‘el ventilador’ tenga información nueva o distinta que no maneje ya el gobierno estadounidense”, dijo a este diario el analista político venezolano radicado en Estados Unidos y exdirectivo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, Pedro Mario Burelli.
“Muchos civiles y militares subieron (de Venezuela a Estados Unidos) a tiempo, hay en EEUU gente que con anticipación trajo información sobre ellos y más bien actuarán como testigos en sus juicios”, aseguró Burelli en conversación telefónica con EL TIEMPO, desde Washington DC.
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