La canciller alemana, Angela Merkel, pidió este sábado 28 de marzo, paciencia a los alemanes con las medidas excepcionales para reducir al mínimo la vida pública -y así frenar la extensión del coronavirus- y reconoció no saber cuánto durará esta situación.
EFE
«Nadie puede decir hoy a ciencia cierta cuánto durará este difícil tiempo», afirmó la canciller en su habitual mensaje de los sábado, en esta ocasión sólo de audio porque desde el domingo pasado se encuentra de cuarentena en su domicilio (aunque en dos test ha dado ya negativo).
Lo que sí le resulta evidente a la canciller es que las medidas excepcionales aprobadas en los últimos días (las más estrictas son del pasado domingo), deben seguir en vigor.
«Las cifras diarias de nuevos infectados no nos dan aún ninguna razón para relajarnos o suavizar las reglas», subrayó saliendo al paso del creciente debate en Alemania sobre la conveniencia levantar algunas de las medidas más duras.
Alemania ha cerrado todos los comercios -salvo los de alimentación y las farmacias- y ha prohibido las concentraciones de más de dos personas en espacios públicos. Los centros deportivos, culturales y de ocio están también cerrados.
Como indicación, Merkel señaló a la tasa de expansión de la pandemia. Uno de los objetivos de las autoridades es que el número de nuevas infecciones se duplique «sólo cada diez días» para «no saturar el sistema sanitario».
Actualmente, reconoció la canciller, las cifras están alejadas de esta referencia, pues actualmente se está duplicando la cifra de enfermos cada 5,5 días. Alemania es uno de los países más afectados por el COVID-19, con 53.340 infectados y 395 muertos según las últimas cifras de la Universidad John Hopkins.
«La ralentización de la extensión es clave para ver si en las próximas semanas todos los enfermos graves pueden recibir el mejor tratamiento», agregó.
Merkel dijo que, pese a las medidas, muchos pueden seguir trabajando, y se puso como ejemplo, pues desde su domicilio y en cuarentena participó en la cumbre europea extraordinaria de esta semana.
«Es una situación que comparto ahora con muchos. No se está enfermo y sin embargo se queda en casa para asegurarse de que no se está infectado», explicó.
«Se puede mantener el contacto con otros por teléfono y videoconferencia e incluso llevar a cabo largas negociaciones, como hice en el Consejo Europeo durante más de seis horas», añadió.
Merkel aprovechó para agradecer a la ciudadanía la «aplicación consecuente» de las excepcionales medidas y su cumplimiento por «casi todos».
«Gracias. De todo corazón, gracias», expresó.
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