Bernie Sanders logró el sábado una rotunda victoria en la asamblea partidista de Nevada y se consolidó como favorito para ganar la candidatura presidencial demócrata, pero aumentó las tensiones internas en cuanto a si es demasiado liberal para derrotar al presidente Donald Trump.
Steve Peoples, Michelle L. Price, Jonathan J. Cooper / AP / El Nuevo Herald
Mientras Sanders festejaba, Joe Biden se mantenía en segundo lugar cuando continuaba el conteo de votos. Pete Buttigieg y Elizabeth Warren iban más abajo. Todos los precandidatos buscan una oportunidad que los impulse con vistas a las primarias en Carolina del Sur y después al Super Martes del 3 de marzo en Texas.
Las asambleas partidistas de Nevada fueron la primera oportunidad para los precandidatos demócratas de mostrar su atractivo a una diversidad de electores en un estado más representativo del país que Iowa y Nueva Hampshire.
El senador Sanders, de 78 años y Vermont, quien se describe como un socialista demócrata, ganó gracias a su férrea base leal y captó el apoyo de la amplia comunidad latina de Nevada.
En una muestra de confianza, Sanders viajó de Nevada a Texas, que ofrece uno de los contingentes más numerosos de delgados y donde la asamblea partidista del Super Martes se efectuará en sólo 10 días.
“Estamos uniendo a nuestra gente”, declaró. “En Nevada, congregamos una coalición multigeneracional y multirracial, que no sólo va a ganar en Nevada, sino que va a arrasar en este país”.
Sanders logró en Nevada su segunda victoria consecutiva tras la que obtuvo este mes en las primarias de Nueva Hampshire.
Prácticamente empató en primer lugar en las asambleas partidistas de Iowa con Buttigieg, el exalcalde de South Bend, Indiana, que pretende posicionarse como contrapeso ideológico frente a las políticas abiertamente progresistas de Sanders.
La victoria, aunque ha animado a los partidarios de Sanders, sólo ha profundizado las preocupaciones entre los líderes demócratas convencionales que temen que el autodescrito socialista demócrata sea demasiado extremista como para derrotar a Trump.
Durante décadas, Sanders ha propuesto políticas transformadoras para enfrentar las desigualdades en la política y la economía, y el mejor ejemplo es su distintivo plan de salud “Medicare for All” (Atención médica para todos) que reemplazaría al esquema privado de seguros con un sistema universal financiado por el gobierno.
A pesar del nerviosismo de la corriente demócrata convencional, los moderados han tenido dificultades para apoyar un candidato único, y la votación del sábado volvió a dividirse entre los diversos contrincantes.
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