El presidente encargado, Juan Guaidó, recordó que Pablo Iglesias fue un amigo cercano del régimen chavista, sin embargo, manifestó su respeto al proceso político que vive España.
El también diputado ofreció una entrevista al portal El Español en la que repasó todos los acontecimientos de 2019.
Se cumple un año desde que se proclamó presidente encargado de Venezuela. Marcaron entonces tres objetivos: cese de la usurpación, Gobierno de transición y convocatoria de elecciones libres. ¿Por qué no se han logrado estas metas? ¿Sigue vigente este calendario?
No obstante, seguimos perseverando en la ruta que le propusimos al país hace un año. Lo que ha venido aconteciendo un los últimos días ratifica que no habrá elecciones libres en Venezuela mientras persista la usurpación de la Presidencia de la República por parte de Maduro. Ésta tiene que cesar. No veo otro camino. De lo contrario seguirá el sufrimiento de los venezolanos y la crisis que afecta a la región.
En todo momento usted ha apelado al papel clave del Ejército venezolano ante la situación. Se han producido movimientos pero ninguno ha sido hasta ahora definitivo. ¿Le han decepcionado las fuerzas armadas? ¿Son parte del problema o de la solución?
He apelado a la conciencia patriótica de nuestros oficiales porque es obvio que la institución armada es necesaria para la transición; de otro modo, ésta será más difícil y con mayores riesgos de violencia que no deseamos.
No puedo que decir que la Fuerza Armada Nacional como institución me haya decepcionado. Allí están decenas de oficiales de todos rangos detenidos y sometidos a torturas, tratos crueles y degradantes, con sus familias perseguidas, así como muchos otros que han abandonado el país, todos por negarse a obedecer órdenes ilegales y que van contra su conciencia como profesionales militares. Ellos son el reflejo del malestar que hay dentro de la Fuerza Armada Nacional.
Lamentablemente se ha impuesto, por ahora, la voluntad de un Alto Mando muy sumiso a Maduro y su régimen, al punto de descuidar a la propia institución. La Fuerza Armada Nacional son hoy, parte del problema. Pero no tengo duda en decir que pueden y deben ser parte de la solución.
El 5 de enero de 2019 cuando asumí la presidencia de la Asamblea Nacional le hablé a los funcionarios militares, les dije de extender la mano y no de torcerla; como muestra, en el Parlamento aprobamos la Ley de Amnistía y Garantías Constitucionales, la cual ofrece garantías a los efectivos militares y funcionarios públicos que contribuyan a la defensa de la Constitución, tal y como está establecido en sus artículos 233 y 350
No ha descartado ninguna opción para “desplazar la dictadura”. ¿Sigue sobre la mesa una una intervención militar?
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Esta opción nunca la hemos querido. En todo caso no depende de nuestra voluntad, ni está en nuestro poder. Deseamos que la salida a esta situación sea por los propios venezolanos con el apoyo de nuestros aliados internacionales, cuyo respaldo para nosotros ha sido invaluable.
Las imágenes de usted intentando acceder a la Asamblea Nacional custodiada por el Ejército han vuelto a poner a Venezuela en primera plana. ¿Qué ocurrió exactamente ese 5 de enero y qué cambia esa presidencia paralela de Luis Parra?
El 5 de enero ocurrió un nuevo atropello de la dictadura con el respaldo de un sector militar que se abrogó el derecho de decidir qué diputados podían ingresar o no al recinto parlamentario. Algo que como presidente del Parlamento no podía ni puedo aceptar.
La bancada del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) aprovechó la situación para asaltar el presídium y parodiar la elección de un Presidente. Sin verificar quorum ni hacer votación nominal. Algo muy vergonzoso. Esa presidencia paralela, como usted la denomina, ha puesto de manifiesto rápidamente su naturaleza embaucadora. Ahora ni el propio Psuv la reconoce y reniega de ella.
Lo cierto es que hay una sola Asamblea Nacional que sigue sesionando, constituida de acuerdo a nuestra Constitución y a su reglamento de interior y debates, a la que se le impide acceder al recinto parlamentario tradicional.
Desde fuera de Venezuela, el proceso que inició hace un año parece estancado. ¿Cómo pretende superar este desgaste en el año que arranca? ¿Cuáles son sus planes ahora para lograr esa transición democrática que busca para su país?
Nosotros vamos a insistir en presionar por unas elecciones presidenciales realmente libres. Ellas son el único camino a una salida a la actual situación de Venezuela; lo haremos con el apoyo de las 56 democracias de todo el mundo que nos respaldan, y también lo haremos movilizando la protesta ciudadana dentro de Venezuela.
Seguiremos asumiendo activos del Estado venezolano, seguiremos combatiendo las redes de corrupción que ha establecido la dictadura en el mundo y seguiremos organizando a los ciudadanos. Decía Simón Bolívar que “Dios concede la victoria a la constancia”. Nosotros vamos a persistir en nuestra lucha.
Su detención por parte del chavismo ha planeado durante todo este tiempo. Maduro ha ejecutado amenazas parecidas con sus compañeros, ¿por qué cree que a usted no le han detenido? ¿Forma parte de una estrategia de Maduro para desgastar a la oposición?
No le puedo dar una respuesta a ciencia cierta. Mi experiencia personal en estos meses es que dentro de los propios organismos policiales de la dictadura hay muchas dudas y vacilaciones. Si el objetivo era desgastarnos, ha ocurrido lo contrario.
Dos de los momentos críticos del año pasado fueron la Operación Libertad del pasado 30 de abril y los incidentes por la entrada de ayuda humanitaria por Colombia el pasado febrero. ¿Reconoce haber cometido algún fallo durante su gestión?
Sin duda. Es obvio que hemos cometido errores. Cuando no se tiene el éxito esperado es fácil ver los errores. No es así cuando se alcanza el éxito y todo se ve bonito. Pero además de eso, ¿qué demostraron esos acontecimientos? Un régimen cruel que bloquea el ingreso de ayuda humanitaria y un régimen fracturado que sabe que no tiene la lealtad de quienes aún lo sostienen.
Este aniversario de su jura como presidente encargado coincide con el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez, que gobernará en coalición con Pablo Iglesias. Antes de su llegada al Gobierno, el líder de Podemos fue muy crítico con usted. En mayo de 2019 dijo que usted quería “un golpe de Estado con intervención de EEUU y un baño de sangre en Venezuela”. ¿Qué opinión le merecen estas declaraciones y la llegada de Iglesias al poder?
El señor Iglesias habla desde su ignorancia hacia Venezuela. En el pasado fue un asesor y amigo muy cercano del régimen que nos oprime. Por lo demás, nosotros respetamos los procedimientos de la democracia española y la voluntad de sus electores. Les deseamos la mejor de las suertes
¿Teme que la posición del Gobierno español sobre su legitimidad como presidente se resienta con esta coalición?
Para nada. Por el contrario, hemos visto mucha firmeza por parte del presidente Sánchez ante los recientes atropellos contra la Asamblea Nacional venezolana. El Parlamento Europeo, por otra parte, acaba de ratificarnos su respaldo, algo que agradecemos profundamente.
¿Qué papel debe jugar España para que la presión diplomática de la comunidad internacional tenga efecto en sus planes para obrar esa transición?
España debe encabezar la presión europea sobre los factores que sostienen a Maduro. Los que le ayudan a explotar el oro asesinando a nuestros indígenas, vendiendo petróleo ilegalmente para alimentar sus redes de corrupción mientras millones de venezolanos desfallecen por desnutrición.
Es muy importante que esos factores sientan todo el peso diplomático y económico de Europa con el objetivo de provocar la transición democrática en Venezuela.
Con información de El Español
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