Entre este lunes y martes, el gobierno turco probará su nuevo sistema de defensa antimisiles ruso S-400, rechazados por la OTAN, por considerar que abren una brecha de seguridad en la alianza.
Pese a ser integrante de la organización, Ankara hará unas maniobras con el armamento ruso, usando aviones F-16 estadounidenses, poniendo en evidencia posibles vulnerabilidades de las armas norteamericanas.
Rusia entregó a Turquía dos baterías de S-400 entre julio y septiembre de este año que, según el Ministerio de Defensa turco, estarán activas a partir de abril de 2020.
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La Alianza Atlántica, de la que Turquía es miembro, ha advertido de que los misiles antiaéreos rusos son incompatibles con el sistema de defensa de la Alianza.
La compra de los S-400 por parte de Ankara ha sido criticada por Washington, que ha reaccionado con la suspensión de la venta de cazas F-35 a Turquía y ha amenazado incluso con la imposición de sanciones al país.
Efe
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