El presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, se declaró confiado de que la violencia y el fanatismo no empañarán el espectáculo de la Copa Libertadores, que esta semana comienza su fase de semifinales y cuyo título se definirá en partido único el 23 de noviembre en Santiago de Chile.
EFE
“No permitamos que el fanatismo descontrolado dañe la magia y el encanto del mejor deporte del mundo. El fútbol es un juego, la violencia no”, dijo Domínguez en una carta divulgada hoy.
“No permitamos que nada ni nadie empañe ese brillo”, escribió tras afirmar que en que el fútbol “nunca debe haber espacio para los violentos”.
Los argentinos Boca Juniors y River Plate, y los brasileños Flamengo y Gremio pugnarán en partidos de ida y vuelta por dos cupos a la final.
Domínguez confió en que habrá respeto “al rival, al árbitro y al hincha del otro equipo”.
La final de la pasada edición de la Libertadores disputada por River Plate y Boca Juniors resultó empañada por ataques de fanáticos de River Plate al autobús que transportaba a los jugadores de Boca Juniors al estadio Monumental para jugar el decisivo partido de vuelta.
El encuentro fue postergado y tras mucha polémica la Conmebol aceptó trasladarlo a Madrid y eligió como escenario el estadio Santiago Bernabéu, donde River Plate alzó el título al derrotar a Boca Juniors por 3-1.
Las autoridades argentinas han determinado que para el partido de ida de las semifinales que jugarán hoy ambos clubes las plantillas se desplazarán en autobuses blindados, y de la seguridad se ocuparán unos 1.700 policías.
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