Completamente aislado y sometido a torturas psicológicas. Así se encuentra hoy en día el general venezolano Raúl Isaías Baduel, el ex ministro de Defensa de Hugo Chávez, en la prisión militar del Fuerte Tiuna. En diálogo con Infobae, Margareth, una de sus hijas, relató los atropellos a los que han sido sometidos el preso político y la familia en estos años de “calvario y pesadilla”.
Por Lucas Goyret / Infobae
“Está sometido a un aislamiento total. No tiene acceso a hablar con ninguna persona. Está 24 horas encerrado en un espacio reducido, sólo con una colchoneta. No lo dejan tener ni la Biblia. El único contacto con la luz natural es a través de una reja”, comentó la joven de 27 años, desde Caracas.
Si bien reconoció que en estos más de once años detenido no ha sufrido torturas físicas, Margareth aseguró que su padre, quien supo tener un fuerte lazo -incluso de amistad- con Chávez, sí es sometido a torturas psicológicas. “Estuvo casi dos años en La Tumba, espacio diseñado para dañar la psiquis de los seres humanos, donde la ventilación es artificial y no hay acceso a la luz solar ni la naturaleza. Es una tortura blanca; un sótano”.
La diseñadora de interiores también denunció que a Baduel “desde hace tiempo no le han hecho chequeos médicos”. “Por lo que hemos visto, se lo ve bien; la fe lo ha ayudado muchísimo para resistir estos períodos de aislamiento prolongados”.
Margareth y su familia no cuentan con un régimen de visitas. Están sujetos a la voluntad y órdenes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). El pasado domingo 21 de julio, después de casi dos meses de “desaparición forzada”, fue el último encuentro del ex ministro de Defensa con su familia.
“Lo sacaron abruptamente el 12 de junio de La Tumba a la sede de la policía militar en el Fuerte Tiuna; nunca nadie nos confirmó dónde. El domingo 21 de julio pudimos verlo por primera vez después de casi dos meses de desaparición forzada. Hablamos por medio de un teléfono a través de un vidrio en un lugar muy pequeño, donde no se puede tener ningún tipo de contacto físico”, contó Margareth de esa tan ansiada visita.
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“Lo vi un poco más delgado, pero de ánimo muy bien. Está resistiendo. Es un hombre de fe, por eso ha tenido la fortaleza de enfrentar los embates de la dictadura”, agregó.
La joven diseñadora recordó que antes de recalar en La Tumba, donde estuvo casi dos años, y el Fuerte Tiuna, el general venezolano estuvo también en la cárcel de Ramo Verde, donde “las visitas eran más continuas”. “Sólo en 2018 mi papá estuvo aislado 10 meses; fueron pocas las veces que pudimos verlo. En 2019 también”.
Margareth reveló, además, las torturas y amenazas que sufrió la familia en los últimos años. “De forma indirecta también somos víctimas y somos torturados. Llevamos más de once años de atropellos; de vulnerar nuestra dignidad”. En esa línea, contó cómo era las requisas en Ramo Verde: “Nos mandaban a desnudarnos. Nos metían en un baño para las requisas”.
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En el marco de esos atropellos, recordó la detención arbitraria de su hermano, Raúl Emilio Baduel, en 2014. El hijo del ex ministro de Defensa fue apresado en el marco de las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro y condenado un año después a ocho años de prisión por haber “instigado a desobediencia de las leyes”.
“Pasó por seis cárceles comunes. la pasó muy mal. Que acusen a uno de mis hermanos es una nueva patraña. Lo acusan del mismo caso de mi papá. Fue detenido por ser ‘hijo de’. En el juicio no hubo pruebas de nada, al igual que en los casos de mi papá”, señaló Margareth, quien al mismo tiempo consideró que la detención de Raúl Emilio “fue parte de la retaliación contra la familia”.
En junio de 2018 fue excarcelado: “Está en libertad con medidas cautelares”. De acuerdo a una orden del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) chavista, cada 30 días debe presentarse ante la justicia, y tiene prohibido salir del país y hacer declaraciones públicas.
Baduel, el militar que incomoda al régimen
El general Baduel es uno de los cientos de militares que se encuentran detenidos en las cárceles de Venezuela. Pero no es un militar más. Además de haber sido ministro de Defensa, fue un hombre cercano al ex presidente Hugo Chávez.
En julio de 2007 el general entregó el cargo, cuestionando el rumbo que estaba tomando la Revolución Bolivariana. Apenas seis meses después, en enero de 2008 fue detenido, acusado y sentenciado en 2010 por “sustracción de dinero de las Fuerzas Armadas”.
La condena fue a casi ocho años de prisión por la presunta apropiación indebida de 30 millones de bolívares y 3,9 millones de dólares durante su gestión como ministro. A su vez, fue inhabilitado a ejercer cargos públicos.
Baduel negó los cargos y sostuvo que todo era parte de una persecución en su contra por oponerse a Chávez. Sus abogados y familiares denunciaron que las denuncias en su contra no contaban con sustento jurídico. La justicia chavista tampoco respetó su jerarquía de general en jefe al tratar el caso en un tribunal militar de primera instancia.
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El 12 de agosto de 2015 salió de Ramo Verde bajo libertad condicional. Pero el 12 de enero de 2017, a poco de cumplir la condena, que terminaba en marzo de ese año, nuevamente fue encarcelado. Agentes de seguridad realizaron un allanamiento en su casa y se lo llevaron por la presunta comisión del delito de traición a la patria e instigación a la rebelión.
En febrero de 2018, Maduro lo destituyó y lo degradó de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, junto con 13 oficiales.
El saludo que adelantaba lo que se venía y la advertencia de Fidel a Chávez
“Ahora puedes disfrutar de tus latifundios y ganados”. Esa fue la frase que disparó el Comandante a Baduel, abrazo de por medio, segundos después de que éste pronunciara su discurso de despedida en julio de 2007. Un “discurso que para ellos generó mucha incomodidad, aunque trataron de disimularlo”.
Luego de que criticara abiertamente al socialismo del siglo XXI y advirtiera los peligros que enfrentaría el país si seguía ese rumbo, el general se fundió en un abrazo con Chávez, quien le esbozó esa inquietante frase al oído. “Mi papá nunca tuvo ninguna riqueza; allí comenzó todo”, sostuvo Margareth.
Baduel “sabía lo que podía venir”, pero “eso no lo atemorizó”. “El régimen necesita que Baduel esté preso; es incómodo para ellos”.
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“Mi papá siempre le hizo saber las cosas que no estaban bien, pero Chávez no las tenía en cuenta”, indicó la hija del preso político del chavismo, quien remarcó que la vocación de su padre fue “siempre respetar las leyes”. “Siempre fue apegado a la Constitución. Eso para el régimen fue algo incómodo”.
Margareth aclaró que, más allá de Chávez y Maduro, “todo el régimen necesita que Baduel esté preso”: “Se torna incómodo para ellos porque siempre ha sido un hombre correcto, con una trayectoria militar intachable. Por eso se ganó el respeto y el liderazgo en las Fuerzas Armadas”.
La diseñadora, que desde hace años viene alzando su voz para denunciar los atropellos y violaciones a los derechos humanos en Venezuela, recordó también el encuentro entre Fidel Castro y Hugo Chávez que despertó suspicacias en su padre.
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“En alguna ocasión mi papá, cuando era comandante en jefe, nos comenta que Chávez lo llamó y le dijo que tenían que reunirse con Fidel en Puerto la Cruz. A él le pareció extraño ese encuentro. Tiempo después pudo confirmar que en ese encuentro Fidel le dijo a Chávez que tenía que tener cuidado de mi papá”, contó Margareth.
Anécdota que refleja, entre tantas otras pruebas y denuncias, la influencia del régimen cubano sobre la dictadura chavista.
Con información de Infobae