Comenzó con una pareja de agentes encubiertos. Siguió con grupos. Y ahora la operación incluye la colaboración de las embajadas y consulados del régimen en Italia. El objetivo es localizar a Rafael Ramírez. Enemigo del régimen de Maduro, y de quien Maduro ha hecho un objetivo personal. Así lo reseña Konzapata.
Por Juan Carlos Zapata / Konzapata.
Son fuentes de la misma Cancillería en Caracas las que aportan la información. La búsqueda de Rafael Ramírez es en serio. Nicolás Maduro quiere que se le localice. Se supone que Ramírez vive en Italia. Tal vez en Roma. Tal vez en Milán. Dos veces ha abandonado Ramírez el refugio o los refugios. Las dos veces para reunirse con Michelle Bachelet en Ginebra. A Bachelet Ramírez le suministró su propia versión del régimen de Maduro. De un régimen que ha hecho de la persecución, la tortura y el crimen política de Estado, ha denunciado Ramírez. Un régimen que arremete hasta contra los propios chavistas, ha escrito Ramírez.
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Lo hemos explicado. El régimen de Maduro espía en Caracas, en Madrid, en Bogotá, en Miami, en Washington. Espía donde se localicen los grupos más activos de la oposición. Espía con apoyo de la inteligencia cubana. En esto los cubanos tienen experiencia de años. Pero el régimen de Maduro también tiene en Ramírez un objetivo especial. Ya es causa personal de Maduro. Maduro quiere callar a Ramírez. Quiere anularlo. El régimen descubrió, o sospecha, que Ramírez estaba conspirando con el general y ex jefe del Sebin, Manuel Cristopher Figuera. Si Ramírez llegó hasta Cristopher Figuera también puede llegar a otros militares. Christopher Figuera no habla ni bien ni mal de Ramírez. Ramírez, como el general, se declara chavista, defiende a Hugo Chávez, y acusa de todo el desastre a Nicolás Maduro, no a Chávez.
Lo cierto es que el régimen ha activado una persecución “en caliente” contra Ramírez. Comenzó con una pareja de agentes encubiertos. Lo que se ha ampliado, señala la fuente, a grupos que viajan a Italia y vuelven a Caracas. Lo último es que se le ha pedido la colaboración a las embajadas en el Vaticano, en Roma y la FAO, que también queda en Roma, a que estén vigilantes. Lo mismo ocurre con los consulados. Entre estos destaca el de Milán, cuyo cónsul es Giancarlo Di Martino, ficha dura de Maduro, enemigo de Ramírez.
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