El posible crecimiento del Tren de Aragua, el grupo criminal venezolano, ha generado debate desde que el gobierno de Estados Unidos lo catalogó como una amenaza para su seguridad.
En Guatemala, el asesinato a plena luz del día del narcotraficante Byron Ruiz en carretera a El Salvador, encendió la alerta. Este hecho suscitó interrogantes sobre si la organización busca expandirse en el país, como ya lo ha hecho en varias naciones de Sudamérica.
Sin embargo, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, aseguró que no hay evidencia de que el Tren de Aragua tenga presencia operativa en Guatemala.
«Para determinar que una estructura criminal está presente en un país, debe estar organizada y contar con todos los ciclos de participación en actividades delictivas», explicó Jiménez en una conferencia de prensa el lunes 17 de febrero de 2025.
Según el funcionario, aunque algunos miembros del Tren de Aragua podrían transitar por el país, no hay indicios de que la organización funcione operativamente en Guatemala.
«Hasta el momento, esta banda, que tiene una característica muy particular, que es la que tiene el control del tráfico de personas en la zona del Darién, no tenemos ninguna evidencia de que, como estructura, esté funcionando operativamente en Guatemala«, afirmó.
Anteriormente, la Policía Nacional Civil (PNC) asoció la posibilidad de que los atacantes que dieron muerte a Ruiz estuvieran vinculados al Tren de Aragua debido a la supuesta nacionalidad del único detenido.
Inicialmente, se creyó que era venezolano, pero posteriormente se confirmó que era de origen colombiano.
Si bien las autoridades descartaron un vínculo directo con el Tren de Aragua, la PNC destacó que la situación refleja la creciente presencia de criminales extranjeros en Guatemala, lo que se agrava por las nuevas políticas migratorias de EE.UU.
«En este momento nuestra mayor preocupación como Policía Nacional Civil es todos los que se quedaron en el país y que, debido a las políticas migratorias que está desarrollando actualmente la nueva administración en EE.UU., ellos puedan permanecer en el país y se queden estancados, siendo vulnerables a estructuras criminales que ya operan en Guatemala, como pandillas y redes de prestamistas colombianos», afirmó el director de la PNC, David Custodio Boteo.
El funcionario enfatizó que eventos como el asesinato de Ruiz en carretera a El Salvador reflejan la complejidad del crimen transnacional, ya que involucró personas con doble nacionalidad que no habían sido previamente perfiladas.
«Personas con doble nacionalidad, que posiblemente en su momento no hayan sido perfiladas, su familia, ellos y estén en nuestro país, pueden estar involucradas en actividades criminales. Casos como estos podrían repetirse con individuos de otras nacionalidades que lleguen a Guatemala y se integren a estructuras ilícitas ya existentes», advirtió.
Origen y expansión del Tren de Aragua
El Tren de Aragua surgió en medio de la crisis política y social de Venezuela, cuando el gobierno reprimía violentamente las protestas ciudadanas.
La migración venezolana también jugó un papel clave en su crecimiento. Aprovechando la vulnerabilidad de quienes huían del país, la banda organizó redes de tráfico de personas y se infiltró en grupos clandestinos en Colombia.
A partir de 2018, su presencia comenzó a documentarse en varios países sudamericanos, según informes de Insight Crime, un medio especializado en crimen organizado. Colombia fue la primera escala, pero pronto se detectaron células en Perú y Chile, y más tarde en Ecuador, Brasil y Bolivia.
En Brasil, la organización ha establecido vínculos con el Primer Comando de la Capital (PCC), el grupo criminal más poderoso del país.
Estados Unidos y su postura
Para el gobierno estadounidense, el Tren de Aragua ha sido un tema recurrente en los debates de seguridad, especialmente antes de las elecciones presidenciales ganadas por Donald Trump.
Fue precisamente Trump quien terminó de consolidar su reputación como una amenaza global, declarándolo como una organización terrorista.
Desde finales de 2024, diversas cadenas informativas han reportado la detención de presuntos miembros del Tren de Aragua en distintas ciudades de Estados Unidos.
Chile lucha contra la organización
Mientras en EE.UU. la identificación de células del Tren de Aragua sigue en proceso, en Chile la atención sobre el grupo criminal aumentó tras el secuestro y asesinato del exmilitar venezolano Ronald Ojeda en marzo de 2024.
Ojeda fue secuestrado en Santiago por hombres vestidos de policías y su cuerpo fue hallado dentro de una maleta nueve días después.
El crimen llevó a las autoridades chilenas a solicitar la extradición de tres presuntos miembros del Tren de Aragua desde Colombia y Estados Unidos.
Entre los señalados están Rafael Enrique Gámez, alias “Turko” (arrestado en EE.UU.), Carlos Francisco Gómez Moreno, alias “Bobby” (preso en Colombia) y Dayonis Orozco Castillo, alias “Boti”, parte de la célula chilena conocida como los Piratas de Aragua.
Aunque en Guatemala se ha descartado por el momento una operación formal del Tren de Aragua, el crecimiento de esta red criminal en la región sigue siendo una preocupación latente.
La evolución de su actividad en países como Chile, Brasil y EE.UU. sugiere que su influencia podría seguir expandiéndose, estiman otras autoridades.
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