La Justicia francesa sentará desde este lunes en el banquillo a ocho acusados de complicidad en el asesinato del profesor Samuel Paty, en 2020, por haber ayudado al perpetrador o por su implicación en la campaña de odio que desembocó en el crimen por parte de un joven radicalizado.
Entre los principales acusados en París comparecerá Brahim Chnina, el padre de una alumna de Paty que estuvo en el origen de la ola de injurias que recibió el profesor de historia y geografía, de 47 años, tras haber impartido una clase sobre la libertad de expresión y el significado del laicismo.
Para ello, durante una de sus lecciones en el colegio de Bois d’Aulne en Conflans Saint Honorine, Paty empleó las polémicas caricaturas del profeta Mahoma que ya habían estado en el origen del ataque yihadista contra la revista satírica Charlie Hebdo en enero de 2015.
La alumna en cuestión, de 13 años, ni siquiera había presenciado esa clase, ya que estaba sancionada por motivos ajenos a Paty, pero días después contó que que el docente había pedido a los alumnos musulmanes que salieran del aula mientras proyectaba las famosas caricaturas.
En realidad, el profesor de secundaria únicamente había propuesto a los que pudieran sentirse ofendidos por esas imágenes publicadas por Charlie Hebdo que no miraran durante la proyección.
El relato de la niña, sin embargo, llevó a que su padre y otras personas, en especial el militante islamista Abdelhakim Sefrioui (que también será juzgado a partir del lunes), lanzaran una virulenta campaña de odio y acoso contra Paty.
Esos hechos tuvieron un eco particular en Abdoullakh Anzorov, un refugiado checheno de 18 años que vivía en la ciudad de Evreux, a 80 kilómetros de allí, y que estaba radicalizado por motivos religiosos.
El 16 octubre de 2020 fue hasta Conflans Saint Honorine armado con cuchillos y, en el exterior del colegio, abordó a un alumno al que prometió 300 euros si le ayudaba a identificar a Paty cuando saliera del centro.
De esa forma, Anzorov -que murió después por tiros de la policía alertada del atentado- logró acercarse a él para apuñalarlo y después decapitarlo.
Dos de los amigos del asesino, Naïm Boudaoud y Azim Epsirkhanov, también serán juzgados a partir de este lunes por un delito de complicidad en asesinato terrorista, por haberlo acompañado a comprar los cuchillos utilizados en el crimen y también pistolas de aire comprimido con proyectiles de acero.
Boudaoud y Epsirkhanov se enfrentan a posibles condenas de cadena perpetua, mientras que Chnina y Sefrioui lo hacen a hasta 30 años de prisión por un delito de asociación terrorista.
Los otros cuatro acusados responden por su actividad en las redes sociales y sus intercambios de mensajes radicales con el asesino.
Sus nombres son Yusuf Cinar, Ismaïl Gamaev, Louqmane Ingar y, la única mujer, Priscilla Mangel.
Además de este proceso, en Francia ya se juzgó por el crimen contra Paty a seis adolescentes ante el tribunal de menores, entre ellos la hija de Chnina, que fueron condenados a penas de entre 14 meses y seis años de reclusión.
Originario de Moulins, Paty estaba casado y era padre de un niño de cinco años. Su asesinato causó una fuerte conmoción en Francia y su figura se convirtió en un símbolo de la defensa del laicismo en la educación francesa y de la lucha contra la radicalización islámica. EFE
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